Francotirador

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Francotirador, la película que da en el blanco

Christopher Kyle entró en la Marina de los Estados Unidos casi por casualidad. De joven intentó ganarse la vida como cowboy de rodeos, pero un accidente en un brazo lo retiró rápidamente. En 1998 intentó enrolarse para formarse como un Navy SEAL, aunque lo desestimaron por esa misma lesión. Tuvo más suerte un año más tarde y fue admitido en el programa de SEAL en la especialidad de francotirador.

Kyle hizo cuatro vueltas en la Guerra de Irak y se convirtió en una leyenda viva. Los iraquíes lo apodaron el "Satán de Ramadi", ya que tiene en su haber unas 255 muertes.

El Pentágono le acreditó sólo 160 porque para "confirmar" una muerte tiene que haber un testigo. El norteamericano hizo cosas como matar a 40 enemigos en un solo día, dar en un blanco a una distancia de 2.100 metros o asesinar a una mujer con un bebé en brazos que portaba una granada.

Kyle declaró muchas veces que no consideraba a sus enemigos como personas y que su objetivo era sólo salvar la vida de sus compañeros.

Fue herido dos veces por otros francotiradores, sobrevivió a seis atentados con explosivos, pusieron precio por su cabeza (20 mil dólares) y ganó dos Estrellas de Plata y cinco Estrellas de Bronce.

Permaneció 10 años en los SEALs hasta que se retiró para poder salvar su matrimonio con su esposa Taya, con quien tenía dos hijos. De vuelta en su hogar fundó una empresa de seguridad privada llamada Craft International y escribió un libro autobiográfico titulado American Sniper donde relata sus experiencias en Irak, que fue un éxito de ventas.

El sábado 2 de febrero de 2013, Kyle y un amigo llamado Chad Littlefield se encontraban practicando tiro en un campo en Rough Creek Lodge en Glen Rose, cuando fueron asesinados por un ex marine llamado Eddie Routh. Al día de hoy no se saben sus motivos, sólo que supuestamente tenía desórdenes mentales.

Clint Eastwood y Bradley Cooper decidieron llevar la vida de este "controvertido" hombre a la pantalla grande con "Francotirador ". El resultado: un estupendo film.

Es interesante, y necesario, contar la historia de Chris Kyle. ¿Por qué? Es que fácilmente se puede confundir a este filme con uno propagandístico y mostrar lo que en realidad pensaba y decía el verdadero Kyle es fundamental para entender lo que se muestra en la película.

El largometraje es de esos de la "vieja escuela", con un Eastwood ligeramente distinto a sus obras anteriores.

La historia de este adicto a la guerra que poco a poco va siendo alcanzado por los horrores que ella conlleva es magistralmente narrada por el viejo Clint, que sabe bien qué es importante contar y qué no. No retrata a un héroe ni a un súper hombre que lucha a muerte por su país, sino a un hombre superado por su entorno (aunque él no lo sepa o entienda) que hace lo que puede y cree necesario para que sus compañeros sobrevivan.

Bradley Cooper, por su parte, está impagable. Se nota la dedicación y el amor que el actor le puso a este papel, como si su vida dependiera de ello. Se sabe que el actor logró hablar por teléfono con Kyle un par de semanas antes de que lo asesinaran por la producción del filme. Es como si hubiera aprendido hasta el último detalle para honrar al soldado y dar su mejor performance.

"Francotirador" recibió seis nominaciones al Oscar, incluidas Mejor Actor y Mejor Película. Eso es anecdótico, pero en un punto reafirma lo gran película que es. Así que ya saben, si eligen ir a verla, sepan que van a dar en el blanco.