Foxcatcher

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Cuando en la edición de Cannes 2014 empezó a sonar fuerte esta película y la interpretación de Steve Carell como fuerte candidato a mejor actor debo haber sido una de las pocas personas que no se sorprendieron ya que confío plenamente en las múltiples capacidades de este hombre en pantalla. A esto sumábamos un cast como mucho, interesante por lo que se convertía en una cita obligada en la butaca.
“Foxcatcher” es la historia de la granja de un millonario excéntrico (adjetivo que sólo pueden tener los ricos, claro) que eligió patrocinar al equipo olímpico de lucha en Estados Unidos para los Juegos Olímpicos de Seúl en el 88.
Los hechos históricos que retratan tienen que ver con los hermanos Schultz y con Du Pont con lo cual no debería sorprender a nadie la trama, pero la verdad más absoluta es que el problema mayor de esta película es que no sorprende nada. Inclusive el guión va a todos los lugares más comunes: retratar al rico como muy rico y poderoso, un poco extraño, un poco demasiado bueno para ser verdad; el atleta tiene que ser básico, necesita estar en la ruina total, no intenta explotar absolutamente nada nuevo. Bennet Miller, su director, es un aparente fan de las biopics. Sus trabajos más conocidos previos incluyen "Capote" y "Moneyball".
En ambos casos, destacaban más las interpretaciones que la película en sí con lo cual se ve que es una cuestión de elecciones, pero o no defiende el guión o no hay suficientes momentos como para pensar en un “film de personaje”. Dadas las capacidades actorales de Seymour Hoffman, la primera fue mucho mejor, pero "Moneyball" fue apenas correcta, desaprovechando las posibilidades de Brad Pitt.
Sucede por momentos que uno ve y reconoce la maravillosa producción, cuidada hasta el detalle, el uso del fuera de foco, la cámara en mano y lo quirúrgico que se puede pedir a semejante empresa. Pero lo más triste es que te queda el sabor de estar viendo algo a medias, algo a lo que le falta alma. Por eso el título de la review: termina siendo una más del montón.
¿En qué se destaca? El film, de poco más de dos horas, es carente de ritmo pero los actores están probablemente en los mejores papeles en los que los he visto (y eso, sobre todo hablando de Ruffalo es mucho decir), en su mejor momento, con una entrega absoluta. A esto sumemos una maravillosa fotografía, una ambientación impecable. Por eso a lo mejor es tan triste que no termine de funcionar.
El maquillaje es sencillamente espectacular: hasta resiste primeros planos y planos detalles, haciendo el trabajo de los actores inclusive más destacable.
Hay muchos encantados con el film, pocos lo han odiado, eso dice bastante. A mí, me faltó para enamorarme como pensé que podía suceder. Será la próxima.