Foxcatcher

Crítica de Mariano Torres - Fuera de campo

El mundo está lleno de sociópatas, eso no es novedad alguna, así como no lo es el hecho de las historias de los mismos resultan, por algún motivo, siempre inquietantes. Muchos de ellos se ocultan bajo el mundo empresarial, donde no sólo logran pasar desapercibidos sino que además hasta obtienen elogios, premios, adulaciones varias y, si tienen un mínimo de carisma, hasta quizás alguna tapa de revista Forbes o similar. Estos fríos y distantes seres se desenvuelven con notable soltura por la vida hasta que, claro, a veces las cosas fallan y su socipatía deriva en psicopatía, y eso termina en crimen. Tal es el caso de John Du Pont, heredero de una fortuna, ornitólogo, filántropo y entrenador de lucha (según su curriculum), y también cocainómano, perturbado y antisocial cuasi-depresivo (según sus patologías y vicios).

Foxcatcher, dirigida por Bennett Miller (Capote), es la historia de la unión de este hombre con dos hermanos deportistas, y sus recelos, resentimientos y miserias varias. Unidos por la ambición de ganar interminables medallas de oro, estos tres personajes se mezclan entre sí y pronto se adentran en el lado más oscuro de lo que, en un principio, parece apenas una actividad recreativa.

Miller comprime en dos horas una historia real que se desenvolvió en prácticamente una década, y por momentos ese poder de síntesis le juega en contra: las elipsis -sobre todo hacia el último tramo de la película- son varias, y no siempre se perciben como transiciones orgánicas. La sensación que deja Foxcatcher es la de una historia que requería un mayor analisis, lo cual no necesariamente quiere decir una mayor duración: en sus 135 minutos por momentos cae en la redundancia a la vez que omite situaciones del caso real y otras perspectivas que quizás hubiese sido interesante observar.
El mayor mérito de Miller, sin embargo, se encuentra en la estilización del relato (es notable la fotografía fría, casi monocromática, de Greig Fraser) y las sorprendentes interpretaciones de sus tres protagonistas, Mark Ruffalo, Channing Tatum y sobre todo Steve Carell, en un rol atípico para su habitual registro. Foxcatcher es un drama con algo de thriller psicológico que pudo haber indagado más en la oscura historia real que le precede, pero que resulta igualmente apasionante por su tratamiento acerca de temas tan difíciles -y fácilmente caricaturizables- como la socipatía y otros desórdenes mentales.