Foxcatcher

Crítica de Inés Moguillanes - CineFreaks

El sonido del silencio

En su tercer largometraje, que arribó a las carteleras porteñas el día de hoy, Bennett Miller reúne dos tópicos de su interés, ya abordados en sus films anteriores: la locura y el mundo del deporte, temas centrales en Capote (2005) y en Moneyball (2011), respectivamente. Además, de nuevo se inspira en una historia verídica, protagonizada esta vez por el millonario John Du Pont y los hermanos Mark y Dave Schultz, ambos luchadores olímpicos, a finales de la década del 80.

Foxcatcher abre con una secuencia de créditos que se entremezcla con imágenes de archivo, dejando ver el trasfondo no ficcional del film. Acompaña una melodía, ejecutada en piano y que se repetirá a lo largo de la cinta, y que ya adelanta que lo que vamos a ver es un drama. Con un ritmo lento, planos largos, descriptivos y mucho silencio –lo que será una constante en la película–, se invita al espectador a conocer el entorno de Mark, un luchador habilidoso, ganador de varios campeonatos, pero opacado por su hermano Dave, que además de dedicarse a lo mismo con igual o mayor éxito, es su entrenador. Toda esta información no se dice, se nos muestra.

La vida monótona, solitaria de Mark es de pronto alterada por un llamado telefónico: un hombre le informa que Du Pont –ornitólogo, filatelista, filántropo y aficionado a la lucha libre y a los deportes en general, miembro de una de las familias más ricas de Filadelfia¬– desea hablar con él. Los motivos: proponerle formar parte de su equipo Foxcatcher y financiar su carrera. Mark, claro, aceptará, envolviéndose en una relación que se irá tornando cada vez más negativa y dañina.

Sin duda, un gran acierto del film son las caracterizaciones, sólo basta con googlear a los protagonistas reales para apreciar los parecidos; y especialmente el de Steve Carell quien se pone en la piel de Du Pont y estremece con su transformación física. También estremece con la construcción del personaje –que le valió nominaciones a varios galardones, entre ellos, el Globo de Oro– a partir de la mirada, los gestos, la sonrisa que lejos están de provocar carcajadas como en muchos de sus otros films.

Channing Tatum y Mark Ruffalo lo secundan muy bien con sus interpretaciones, que incluyen escenas de lucha muy bien logradas, de alta verosimilitud. En Foxcatcher, la primera película de Miller en la que no actúa Philip Seymour Hoffman, prevalece lo implícito, lo no dicho, lo sugerido frente a las palabras y, por ende, quedan en el aire algunas incógnitas.

En otro orden, quizá el film se hace demasiado largo sin mucha justificación: podría contar lo mismo en menor tiempo o bien adentrarse un poco más en la compleja mente de Du Pont o mostrar, por ejemplo, momentos de su vida como su niñez, su relación con la familia, su matrimonio fallido, etc.