Foxcatcher

Crítica de Facundo J. Ramos - Toma 5

"Espíritu americano"

Lo que comienza como un film motivador y estimulante para el espíritu competitivo Bennett Miller lo transforma en un atrapante y oscuro drama humano que retrata una peligrosa lucha de egos y poder.

Basada en hechos reales (que distan bastante de lo que veremos en la ficción), “Foxcatcher” nos sumerge en la historia del multimillonario John du Pont (Steve Carrell), el heredero de una aristocrática familia de Pennsylvania que decidió brindar su apoyo durante la década de los ochenta a un grupo de deportistas profesionales entre los que se encontraba Mark Schultz (Channing Tatum), un luchador que no soportaba vivir tras la exitosa sombra de su hermano David (Mark Ruffalo), un reconocido medallista olímpico.

De menor a mayor, con un ritmo que puede sentirse lento pero que viene acompañado de una intensidad aplastante, Miller se encarga de ir construyendo un drama donde las relaciones humanas juegan un rol clave. El vinculo entre du Pont y Mark Schultz se roba gran parte de la primera mitad del film, ofreciendo quizás las escenas más logradas y emotivas de la propuesta, mientras que de menor a mayor empezamos a vislumbrar el gran detonante que tendrá esta historia que es ni más ni menos la relación entre ambos hermanos.

Con excelsas actuaciones por parte de Carrell, Tatum y Ruffalo, “Foxcatcher” inmoviliza al espectador durante todo el metraje y consigue acongojar en más de una ocasión. Ya sea por el maquillaje que lleva encima Carrell, la vehemencia que Tatum le brinda a su personaje y el cuidadísimo lenguaje corporal con el Ruffalo nos convence de que él es un verdadero luchador, “Foxcatcher” logra concretar un objetivo al que pocos dramas aspiran: generar empatía y desconsuelo por el destino de sus distintos personajes.

Acompañado de un excelente apartado técnico donde se destacan la grisácea fotografía de Greig Fraser y la melancólica banda sonora compuesta por Rob Simonsen, Mychael Danna y West Dylan Thordson, el último trabajo de Miller sorprende gratamente al ofrecer una potente historia donde además de un logrado reflejo sobre los riesgos del egocentrismo también encontramos una marcada crítica hacia los antiguos e inoxidables ideales de las estirpes más poderosas y, por qué no, también del sueño americano.

“Foxcatcher” se suma a ese batallón selecto de producciones cinematográficas que sin miedo al rechazo ni a las criticas despiadadas se encarga de traducir en la pantalla lo retorcido, ambicioso y amenazante que puede ser un hombre cuando su mayor deseo es enaltecer a su país a su imagen y semejanza.

Ideales, poder y paranoia. Tres matices del sueño americano que “Foxcatcher” desarrolla de forma contundente y convincente.