Forajidos de la Patagonia

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Tendrá sus limitaciones, pero entretiene

Empieza como un spaguetti-western de bajo presupuesto, sigue como un corto maleta, descubrimos que ese corto es el final del segundo largo de un joven director maleta, pasamos a caricatura de abuelo discursero que manda de viaje al nieto gandul que quiere ser director no tan maleta, de ahí a sátira provinciana sobre funcionario jetón con subordinada inteligente, y ahí, al momento, intriga policial, comedia de enredos, ladrones torpes y persecusiones a pie, caballo y camioneta, amores no correspondidos, secuestros, desafíos, confesiones familiares (que sólo por etapas se van confesando del todo), más enredos y persecusiones, y, de pronto, llegamos al primer curanto-western, o sea, el primer western filmado en la Patagonia.

Así, precisamente, lo vieron y saludaron en el International Western Film Festival 2014 realizado en Almería, la patria de los paella-western. Paisajes de Los Alerces, Lago Puelo, Esquel, Cholila, El Maitén, Piedra Parada y El Hoyo sirven de marco a la historia, que empieza con otra historia: la de Santiago Ryan y Enrique Place, dos amables ganaderos norteamericanos, residentes en Cholila, a quienes sus padres bautizaron como Robert Leroy Parker y Harry Alonzo Longbaugh, pero son más recordados como Butch Cassidy & Sundance Kid. Un cuadro de Ryan/Parker/Cassidy descubierto por la chica inteligente (aunque el jefe jetón se atribuya el mérito) pone todo en movimiento, y ya que hay movimiento lógicamente también empieza a largar humo el viejo tren apodado La Trochita, con ladrones, secuestradores, desafiantes, director maleta, etc. a bordo. Y pasajeros también, claro.

El asunto es entretenido, el tono paródico salva limitaciones de algunos actores amateurs, se pasa el rato y se ven lindos lugares. Autor, Damián Leibovich, habitual editor y ocasional director de unas cuantas producciones televisivas (la más reciente, "Eber Ludueña. El puntapie final"). Revelación masculina, Adrián Garavano, en rol de enamorado metepata que salva la plata, el honor, quizá también el cuadro.