Flores de ruina

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Julio Midú y Fabio Junco escriben y dirigen esta película que pertenece al tipo de cine que hacen ellos, al cual llaman “Cine con vecinos”. Es así que vecinos de Saladillo y con una idea que deriva en un guión de asesinatos y humor negro, filman “Flores de Ruina”.
En ella, tres mujeres grandes, señoritas, hermanas que viven solas en medio del campo y si hay algo que no son eso es indefensas, y se cuidan entre sí, encuentran una valija de dinero que no dudan en quedarse. Pero no tarda en aparecer el verdadero criminal y son chantajeadas por él, y forzadas incluso a resguardarlo y por lo tanto convivir con él.
La película fue filmada de manera comunitaria y eso es algo que se percibe en su resultado desparejo. Si bien no todos son actores no profesionales (una de las protagonistas es la premiada actriz Ellen Wolf), ninguno logra lucirse y en general a cada una de las líneas se las siente recitadas.
Más allá de eso, la idea principal de combinar humor negro con estos pintorescos personajes protagonistas parece interesante en un principio. El problema es que el tono nunca termina de definirse, la película nunca toma ritmo y a lo último hasta tiene que caer en una escena completamente innecesaria, que no sólo no aporta nada a la historia, sino que ni siquiera genera risa.
“Nadie hace nada, nos vamos a matar entre todos”, dice en algún momento un personaje secundario, más bien una observadora, testigo de lo que va sucediendo en ese pueblo.
Estas señoras no temen a nada ni nadie, y se calzan cuando es necesario la escopeta o pistola encima y defienden sus intereses. Viejas pero no tontas.
Si bien la película apela al tono grotesco con sus momentos delirantes, absurdos, éste nunca termina de cerrar. La incorporación de personajes secundarios como la hija embarazada tampoco aporta demasiado, apenas lo necesario para que el guión termine de encajar.
Resumiendo, “Flores de Ruina” es una película hecha con corazón pero en la cual más allá de una cámara prolija y un par de escenas (las que juega con la música son las que más se destacan) no consigue ser un producto memorable, es más bien un conjunto de buenas intenciones. Quizás si el ritmo fuera un poco más ágil la película sumaría un poco más.