Flash

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

ACLARACIÓN IMPORTANTE: Normalmente suelo aclarar cuando hago una reseña sobre una película de DC Comics que al ser muy fan puedo no ser del todo parcial. Ahora redoblo esa afirmación, diciendo que en Flash soy amigo de su director y que colaboré en una etapa inicial del proceso creativo.

Flash es el sueño de un fan de DC. Voy a ser muy polarizante en esto, si no te gusta Flash, no te gusta DC.

Es un film que balancea muy bien los últimos 10 años de cine de la compañía (arrancando por Man of Steel, 2013) y que culminan aquí en lo que es un punto de inflexión para lo que viene.

El balance también se encuentra en la nostalgia y el fan service, ya que se siente por momentos como una película ochentosa en fórmula (y en referencias).

Asimismo, también en el humor. Ya que posee bastante, sobre todo en el primer acto. Y esto en lo particular no es algo de lo cual yo soy fan ya que prefiero a este tipo de films más solemnes, pero aquí está muy bien insertado dado a cómo fue presentado y escrito el personaje en sus apariciones anteriores.

Y cuando tiene que ser serio, es serio.

Y hablando de fórmulas y actos -y tratando de no caer en spoilers- lo que amo de este film es que rompe las reglas formuláticas de una película de superhéroes en lo que tiene que ver con villanos y clímax. Solo diré eso.

Andy Muschietti demuestra su versatilidad y capacidad de pasar del terror a este género en apogeo.

Le da su impronta y sus planos característicos. Imprime de alma y sentimientos a un film que lo necesitaba.

El tronco es la relación madre/hijo, el acto heroico y el sacrificio.

Todo eso se consigue con creces.

En lo actoral se destaca fuerte. Ya que Ezra Miller (y aquí bajo ningún punto de vista se opinará sobre la vida privada del actor con detrimento hacia su trabajo tal como otros profesionales lo han hecho), la rompe en su doble papel cargado de matices.

La revolución tecnológica para que pueda interactuar con otra versión de sí mismo es formidable.

Y obviamente hay que dedicarle su párrafo al co-protagonista de este film: Michael Keaton en su regreso como Batman 30 años después.

Un hombre que siempre dijo “I’m Batman” cada oportunidad que tuvo y que repite aquí en una de las tantas secuencias fan service.

El tiempo ha pasado para el personaje y no es el mismo que en 1992, pero su esencia está. Sus muecas, gestos y miradas. Es el “elemento” clave para terminar de darle estatus a la película.

Por su parte, Sasha Calle nos brinda una Supergirl diferente a la de los comics y se apodera de cada escena. Te deja con muchas ganas de más.

Maribel Verdú es la clave del film. Y consiguió lo que Andy se propuso: que nos importe aquella relación de madre e hijo. Que sea tangible ese cariño.

Ben Affleck se despide por la puerta grande de su Batman/Bruce Wayne con el encapotado en su versión más comiquera. Sigo manteniendo que es el mejor Batman live action hasta la fecha.

Y en su acotada aparición, Michael Shannon también está a la altura, al igual que el resto del elenco.

¿El CGI? Ese es uno de los temas más controversiales. Hay un par de secuencias que no están a la altura de lo que hemos visto que es posible en estas superproducciones. Pero estamos hablando de segundos en un film de dos horas y media.

Hay una saña por demás con esto.

El resto es maravilloso y me encantaría hablar de las sorpresas y demás, pero obviamente no puedo hacerlo.

Flash es un film-evento. Un relato épico multiversal que hará descontrolar la mente de los fans e incluso llorar de emoción a más de una persona.

Sin duda alguna, nos encontramos ante una de las mejores películas de superhéroes de la historia y en mi ranking personal: top 3.

¡Gracias Andy!