Final de partida

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El nokanshi es un ritual fúnebre japonés que consiste en embellecer a los difuntos en pleno velatorio y ante sus familiares. Diago es un violoncellista que se quedó sin trabajo, retorna a su pueblo natal y no tiene mejor idea que tomar ese empleo, pese al rechazo de su entorno. La película logra que un tema macabro se torne natural y hasta gracioso, según los casos, sin relegar el obvio cuadro dramático. El director Yojiro Takita, que llevó a que este filme ganara el Oscar por mejor película extranjera en 2008, logró que el contacto con la muerte, como leit motiv ínequívoco, invite a reflexionar sobre la vida, nada menos. Esa causa, que tiene como bandera el personaje central, se notará en la relación con su mujer, su amigo, el jefe, su compañera de trabajo, la dueña de un baño público y, quizá lo más relevante, su pasado y el vínculo con su padre.