Ficción Privada

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La foto parlante.

Las fotos deambulan y hablan un padre y una hija. Son tan anónimas esas imágenes que parecen extraídas de otro tiempo. Pero el tiempo se reconstruye en la imaginación, y cada partecita de ese anónimo de rostros e historias recobra un sentido en la creación desde la imaginación de lo que cada uno depara para esos destinos desconocidos en blanco y negro, y que seguramente tuviesen muchas cosas ricas que contar; tristezas que compartir y eso que imponderablemente todos estamos dispuestos a perder en algún momento: la existencia de los demás y finalmente la propia.

Esa es la punta de lanza arrojada al vacío por el realizador Andrés Di Tella en su último opus Ficción privada, donde la palabra ficción y privada encierran conceptualmente hablando toda una declaración de principios y tal vez un dilema ético que lejos de saldarse se multiplica a partir de la correspondencia que se revela al espectador.

Torcuato y Kamala, padres de Andrés, mantuvieron un contacto a la distancia que se prolongó por décadas. Su historia de amor de juventud los encontró poco tiempo pero la intensidad de haber compartido ese pedacito de vida juntos alcanzó para que cada carta terminase por definir aspectos de la personalidad de ella tanto como del padre del director, quien también le escribía cartas a su hijo, además de dejarle el legado de la memoria familiar una vez que dejara de existir.

Las cartas encuentran el pretexto de la actuación de Denise Groesman y Julián Larquier Tellarini, ambos pareja en la vida real al momento del rodaje, para que desde sus personajes -de edad similar a la de aquella pareja- representen lo que la imaginación del propio Di Tella como director reflejase esas voces ausentes. Decir ausencia es sinónimo de pérdida y así la palabra ocupa el espacio en el silencio del olvido.

Andrés Di Tella lo sabe y necesita esta despedida compartida desde la intimidad de su creación y por eso recurre como interpelador de su proceso de duelo a otro gran cineasta como Edgardo Cozarinsky, alguien que de fantasmas, memoria, recuerdo, cine y tantas otras cosas tiene mucho para decir.