Fermín

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Tras exhibirse oficialmente por primera vez en la 10ª edición de Pantalla Pinamar, estrena comercialmente la película que tiene a Hector Alterio como protagonista interpretando a un octogenario paciente internado hace más de una década en un nosocomio para trastornos mentales, que tiene la rara cualidad de expresarse únicamente a través de letras de tango. Con ésta original propuesta parte este film que en sus primeros minutos logra cautivar, en cierta forma, al espectador al punto de robarle los aplausos ante el final de un baile de tango.

Un gran reparto lleva adelante una galería de personajes estereotipados, aunque bien interpretados, en un relato cargado de clichés y una historia que a medida que avanza se vuelve cada vez mas predecible, pero que a ritmo de tango, excelentes arreglos musicales y una puesta en escena visualmente impecable, apunta a ganarse la forzada emoción y melancolía del espectador.

Fermin aparenta ser una película de aquellas denominadas "For export", que pareciera haber sido concebida con dicha premisa antes que su original propuesta (sus títulos de cierre originales expresados directamente en ingles y la presencia de cuadros de baile completos propios de un show para extranjeros podrían ser un indicio), pero de alguna manera funciona en el espectador que se entretiene y emotiva a largo de casi todo el film.

Con un final, innecesariamente extendido pero aclaratorio para públicos de mercados extranjeros, y a fuerza de una banda de sonido que será determinante en el relato, Fermin logra llevarse los aplausos del público que disfruta del ritmo y letras de tango.