Feliz día de tu muerte

Crítica de Paula Vazquez Prieto - La Nación

Feliz día de tu muerte: muerta otra vez, pero para bien

Como en Hechizo del tiempo, Tree (Jessica Rothe) se levanta todas las mañanas para vivir el mismo día. Pero, a diferencia de Bill Murray, lo que la espera al despertar no es el hastío, sino la muerte. Lo que parecía ser otra más de las películas de terror filmadas con urgencia y sin inventiva se revela como una verdadera sorpresa: la mezcla de algunos momentos de inquietud, el homenaje autoconsciente a la obra maestra de Harold Ramis, las explosiones slasher y la gracia de su protagonista permiten darle a Feliz día de tu muerte más que una oportunidad.

Si Tree es una de esas chicas de fraternidad (o sororidad) norteamericana, odiosa y engreída, las muertes que la esperan en ese día eterno serán el camino más largo para una posible redención. Su contoneo soberbio por los caminos arbolados del campus se trastoca, entre despertares y cuchillazos, en una huida violenta y vertiginosa que nace primero de su mala conciencia, para luego hacer eco en su silencioso perseguidor. Así, con un humor lúdico y adolescente, la película se desmarca de las consabidas imposiciones del género que obligan a acumular sustos y revolear sangre.

Dirigida por Christopher Landon (director de una de las imposibles secuelas de Actividad paranormal y guionista de Disturbia de D. J. Caruso), no es comparable con algunos de los últimos hitos del género como El conjuro o La bruja, pero en su simpleza y honestidad está su encanto.