Feliz día de tu muerte

Crítica de Florencia Orsetti - Malditos Nerds - Vorterix

HASTA EL PÓSTER ES UNA PARODIA

El Día de la Marmota, versión terror. Un nuevo slasher cómico del director de Paranormal Activity: The Marked Ones
Revivir el mismo día una y otra vez es una pesadilla y lo sabemos desde Día de la Marmota (Groundhog Day, 1993), la comedia clásica con Bill Murray que inspiró a producciones de otra estirpe como Edge of Tomorrow (2014) y muchos otras menos conocidas. Blumhouse, la productora de cine de terror que nos trajo joyas como Get Out (2017), Split (2016) o La Purga (2013), ahora nos trae una comedia de terror que agrega el matete temporal a uno de los géneros favoritos de la década de 1990, el slasher.

Happy Death Day (Feliz Día de tu Muerte, 2017) es consciente de todos los tropos y clichés de su subgénero: hay un asesino enmascarado que ataca en un campus universitario de chicos y chicas carilindos y una protagonista bastante ingenua, pero que tiene todo para hacerle frente. Tree (Jessica Rothe) es la elegida, una universitaria que se despierta con mucha resaca en la habitación de un joven. No se acuerda de que se llama Carter (Israel Broussard) ni sabe si se acostó con él o no, pero poco le importa: agarra sus cosas y sigue su vida de parranda, lista para un nuevo baile esa misma noche. El problema es que un asesino la asecha y la pobre Tree termina apuñalada en la entrada de un túnel, justo antes de llegar a la fiesta, por un extraño que usa una máscara espeluznante.

La acción vuelve al inicio. Tree se despierta nuevamente en la habitación de Carter y todo se repite. ¿Pesadilla o realidad? Lo cierto es que Tree vive una pesadilla en vida porque se da cuenta de que volverá a vivir el día de su muerte una y otra vez hasta que consiga detener al psicópata enmascarado.

Happy Death Day aprovecha ese bucle de situaciones repetidas para dar lugar a lo que se siente como una comedia de situación, que explora los lugares típicos donde la suelen palmar los jóvenes en películas como Scream (1996), sus secuelas y I Know What You Did Last Summer (1997). Tree termina perfilándose como la parodia máxima de la scream queen y funciona con creces gracias a la multifacética Jessica Rothe, actriz que desconocía y que me sorprendió por lo creíbles que son sus versiones de un mismo personaje, que pasa del miedo, la depresión, la euforia y la indiferencia descarada en una misma película.

Como parodia, se antoja divertidísima para fanáticos del género, aunque se le puede criticar que le sale un poco flojo el misterio. No es muy difícil predecir quién es el asesino y el giro de guion que intenta distraernos de la solución resulta flaco y no se lo cree nadie. La película es una buena broma, pero se queda muy en el molde y por ello no está al nivel de comedias como Drag Me to Hell (2009) y The Cabin in the Woods (2012), por mencionar algunas, ejemplos de cuando la parodia trasciende a resignificar y revitalizar un subgénero.

Los sustos también resultan muy típicos. El miedo es subjetivo, pero las técnicas para generar terror de Happy Death Day están tan vistas que es difícil no sentir que muchos de sus momentos más tensos ya los vimos. Es un film poco lúgubre, de todas formas, y se hace extrañar un poco más de sangre.

En definitiva, la película cuenta con una premisa revolucionaria, que termina siendo lo que le da combustible hasta el final, y aunque mucho de lo que propone ya lo probamos muchas veces, la fuerza de la protagonista –una final girl de otro mundo– y el humor ligerito hacen que valga la pena.

Una película divertida que va a ser especialmente disfrutada por los fanáticos que puedan captar todos los estereotipos parodiados.