Favio: Crónica de un Director

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Favio: retrato de un gran realizador

Originalmente, Alejandro Venturini tenía la idea de entrevistar a varios cineastas argentinos y armar una página Web con todo ese material. El proyecto quedó trunco, pero ya tenía entre manos un material muy valioso: la palabra de Leonardo Favio , una figurita difícil, sobre todo en la época más cercana a su muerte, en noviembre de 2012.

Decidió entonces sumar el testimonio de profesionales que trabajaron con el director de clásicos del cine nacional como Crónica de un niño solo, El dependiente y Nazareno Cruz y el lobo (aparecen su hermano Zuhair Jury, Graciela Borges, Juan José Stagnaro, Edgardo Nieva y Juan José Camero, entre otros) para reconstruir, en su ópera prima, el sentido de su obra y el relieve de una personalidad única. Desde el punto de vista formal, el documental es bien tradicional (básicamente, intercala las entrevistas con material de archivo de la filmografía de Favio). Pero la singularidad del realizador mendocino fue tal que el anecdotario se vuelve muy jugoso.

Observadas en conjunto, las imágenes de cada una de sus películas revelan la heterogeneidad del arte de Favio, una amplitud de miras que sin embargo no conspiró contra la consolidación de un estilo. Es evidente que aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo vibraron con esa energía tan particular que contagiaba ese artista mayor del cine argentino, vinculado desde siempre al derrotero de las clases populares y a la convulsionada historia del peronismo.