Familia

Crítica de Laura Kievsky - Cinergia

Porque lo primero es la familia

Familia, el segundo largometraje de Edgardo Castro, se centra en él y su familia. El protagonista viaja a Comodoro Rivadavia a visitarlos para Navidad y allí comienza a retratar todo lo que puede: sus familiares, su casa, sus rituales, sus relaciones.

Gracias a las elecciones de cámara, los diversos planos y diálogos, llegamos a conocer principalmente al padre, madre y hermana de Edgardo. Tras el viaje hacia su ciudad natal, el resto de la película transcurre en la casa que comparte con su familia durante esos días.

El documental y la ficción se mezclan y confunden al que está mirando. Su familiares se interpretan a sí mismos pero, ¿Hasta dónde? Algunos recursos, planos, la puesta en escena y la forma en la que avanza el guion parecen elementos típicos de una ficción. A Castro le gusta jugar con esa ambigüedad y pone en duda la veracidad de los hechos en todo momento.

Familia es una película sencilla, que se muestra transparente. Nos acerca a situaciones cotidianas con las que nos sentimos identificados y podemos empatizar. Nos sentimos parte de esa familia, sus roles, rituales y espacios.
La película termina la noche de Navidad, donde llegamos a conocer a la familia extendida del director y protagonista. Su festejo no se diferencia de un festejo argentino promedio, lo que hace sentirnos allí, brindando con esa extraña, pero por algún motivo cercana, familia.