Familia peligrosa

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Familia rodante

El francés Luc Besson vuelve a la dirección a dos años de La Fuerza del Amor (The Lady) con Familia Peligrosa (The Family), este intento de comedia de acción que tiene como máximas estrellas a Robert De Niro y Michelle Pfeiffer.

Bobby es Fred Blake, aunque su nombre verdadero es Giovanni Manzoni. ¿Y por qué el cambio de nombre? Porque este padre de familia le sirvió en bandeja al FBI a la cabeza de la mafia y gracias a esto entró en el programa de protección de testigos. La cuestión es que ahora el patriarca del clan Manzoni/Blake, su esposa y sus dos hijos andan como una familia rodante de ciudad en ciudad por Francia buscando llevar adelante una vida normal.

Normandía pareciera ser el lugar ideal para que los Blake puedan conseguir la ansiada tranquilidad. Pero, fieles a su instinto, las actividades “poco licitas” no tardarán en llegar y comenzarán a levantar el perfil, atrayendo al grupo de mafiosos que los buscan para asesinarlos por pura venganza y también para cobrar la suculenta cifra de 20 millones de dólares que se ofrece por sus cabezas.

Familia Peligrosa, malísima traducción de The Family, es una parodia del cine de gánsters. Un film que se ríe de (y por momentos también homenajea) aquellas películas como Buenos Muchachos, El Padrino o la primera Scarface. Luc Besson no ridiculiza al “género” sino que hace una especie de análisis del comportamiento “fuera de las canchas” y del traspaso de sus costumbres a través de sus generaciones.

¿Dije antes Buenos Muchachos? Y sí, la mención de la excelsa obra maestra de Scorsese se cae de maduro debido a la participación de Robert De Niro en ambas películas, pero sus puntos de contacto no quedan solamente en esa mera coincidencia. Es que Besson deja en claro sus intenciones al proyectar Goodfellas en ese “cine debate” con el personaje de Bobby como invitado especial. Ahí se puede apreciar qué Familia Peligrosa es una especie de secuela no declarada de Buenos Muchachos, porque bucea en las distintas situaciones que vive un mafioso retirado luego de delatar a los que eran sus compinches en el pasado. Recordemos que la película de 1990 finalizaba con Henry Hill, el personaje interpretado por Ray Liotta, entregando a todos los pesos pesados de la mafia a cambio de inmunidad ante la justicia. Incluso en la nostálgica actuación de De Niro (todo el tiempo tiene un gesto como añorando todo ese pasado en el hampa) hay una clara concordancia con la -cargada de infelicidad- frase final de Henry Hill: “Soy un don nadie, y viviré el resto de mi vida como un don nadie“.

Durante casi dos horas Luc Besson se encarga de desarrollar a Fred, Maggie (la imperecedera Michelle Pfeiffer), Belle (la chica Glee Dianna Agron) y Warren (John D’Leo), pero hay algo en su metraje que no termina de encajar y esa es la historia de la blonda adolescente. Su trama resulta demasiado solemne y no se condice con el tono paródico y alegremente violento de la cinta. Lamentablemente el final de Familia Peligrosa (que debía ser una fiesta de tiros a mansalva) contiene demasiada carga dramática en esas secuencias finales, como si Besson nos quisiera imponer un “peligro real” que asecha a los Blake, algo que se contradice con la sensación de “peligro trivial” que nos fue transmitiendo con el pasar de los minutos.