Familia para armar

Crítica de Diego Lerer - Clarín

Heridas que no cierran...

Fallido drama de Edgardo González Amer.

El segundo filme de Edgardo González Amer, Familia para armar , es un pequeño relato acerca de una familia desmembrada que vive en un hotel cercano a la playa en una ciudad turística a la que se ve fuera de temporada.

Ernesto es quien lo maneja, con la ayuda de su madre y su hermana. Un hombre nervioso, serio y reconcentrado, altamente fastidioso, debe lidiar con una sorpresa inesperada cuando se aparece allí su hija adolescente, que vive con su mamá.

Ambos no tienen una buena relación y ninguno hace esfuerzos por mejorarla. Ernesto quiere que Julia vuelva a su casa cuanto antes. Y Julia no se toma el trabajo de explicarle porqué no puede volver.

Ernesto lidiará con una pileta que no puede arreglar, con un extraño grupo de chicas que se está quedando en el hotel y con quienes su hija empieza a juntarse, con su madre, su hermana y el misterio de su ex mujer.

Familia... es una película previsible, llena de diálogos bastante obvios y filmada con planos cortos, casi televisivos, que le quitan ritmo y peso cinematográfico. Las revelaciones de la trama y los conflictos que se van presentando son resueltos de una manera bastante chata, y las escenas se suceden sin mucha lógica, dando la sensación de haber sido una película retocada en la sala de edición.

A Oscar Ferrigno (h) le cuesta ponerse la película al hombro, ya que su personaje parece tocar una sola cuerda: fastidioso, preocupado, molesto, irritante para el espectador. Y Aleandro, en un papel secundario, aporta eficiencia en sus pocas escenas. Acaso lo mejor sea el descubrimiento de Malena Sánchez, que interpreta a la hija, una actriz que tiene una presencia y un rostro interesantes, y que ayudada por un mejor texto podría sobresalir.