Extrañas apariciones 2

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Una casa que guarda sorpresas

Otra vez el tema de las "casas encantadas". Ya lo habían tocado en la película anterior, pero como parece que el asunto caminó, apareció otra.

En la primera, la acción sucedía en Connecticut, esta vez es en Georgia. En "Extrañas apariciones", había un chico enfermo, aquí hay una niña, pero nada enferma, la pequeña Heidi (Emily Alyn Lind).

En la primera, Los Campbell tuvieron que enfrentarse con encantamientos, visiones tenebrosas y sonidos lastimeros, en la actual, los Wyrick sufrirán más porque los fantasmas van a ser mucho más feos que los otros.

MADRE VIDENTE

La película comienza bien: Lisa (Abigail Spencer) la madre joven de la nena es vidente, pero su identidad en ese plano le ha traído tantos disgustos, que niega su condición y apoyada por su esposo, Andy (Chad Michael Murray) toma medicamentos para no tener contacto con ellos.

Sin embargo, empiezan a suceder cosas raras, ruidos, presencias y Heidi, la nena, que tiene el mismo nombre que la novela de Johanna Spyri, entabla relación con el señor Gordy (Grand James), un elegante caballero anciano y pulcro que siempre la observa, pero nunca le habla. Heidi simpatiza con el anciano y varias veces desaparece por breves espacios de tiempo. Entonces llega una tía joven, Joyce (Katee Sackhoff) que como buen miembro de la familia, también es vidente pero lo asume y entiende a la pequeña.

FINAL TRAGICO

"Extrañas apariciones 2", mantiene su interés hasta la mitad, pero cada vez que hay una aparición fantasmática muestra calaveras y lo peor que se puede hacer en un filme de terror que se precie, es mostrar estos efectos bajos y tontos. Porque lo oculto, aunque el esqueleto tuviera velo, sería más impactante que esto de verlos en toda su blancura. Poco sutil, Tom Elkins, el director, comienza a reiterar esos efectos, creyendo que el suspenso actúa por repetición y va complicando la historia que va y viene haciéndonos creer que el malo es uno y es otro y así sucesivamente.

En síntesis, desde la mitad hacia adelante el filme se viene abajo, solo interesa el final que es muy trágico, pero hasta llegar hay que aguantar muchos golpes bajos. El ritmo se achata, el suspenso es escaso y solo se rescatan las actuaciones de Abigail Spencer, en el papel de Lisa, la madre; la sugerente presencia de Grant James (Mr. Gordy), la pequeña Emily Alyn Lind, como Heidi y Chad Michael Murray, en el papel de Andy, el padre.