Extrañas apariciones 2

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Secuela genérica

Extrañas Apariciones 2 (The Haunting in Connecticut 2: Ghosts of Georgia) es supuestamente una secuela de The Haunting in Connecticut, aunque no guardan ningún tipo de similitud. Lo que las asimila haciendo trazo bastante grueso es el hecho de estar “basada” en un caso investigado por Ed y Lorraine Warren. De lo demás, nada. No hay posesiones ni exorcismos en esta entrega y los eventos transcurren en Georgia que queda exactamente a 1364.45 Km de Connecticut (lo “googlee”). Entonces, con una película que se gana el premio al título más incoherente de la historia del cine. ¿Qué se puede esperar? Sólo que empeore.

La opera prima de Tom Elkins tiene en sus primeros 15 minutos unos 10 sobresaltos inducidos por sonido. Ya desde el arranque se toma la primera de las múltiples malas decisiones de la cinta. Estos sobresaltos inmunizan al espectador volviendo a los otros 40 que tiene durante el total del metraje, demasiado cansadores. Otro factor que atenta contra la creación y sostenimiento de un ambiente propicio para general miedo o aunque sea incomodidad, es hacer abuso del cambio de registro en la cámara. Tom Elkins, que se hizo un nombre en Hollywood por su trabajo como editor, parece desconocer que un montaje basado en imágenes con diversidad en la colorimetría, estilo y grano, unidas de manera rápida como si fuera un videoclip no es ni única manera de crear ritmo ni el camino más adecuado para generar climas. El film crea un registro muy marcado para cada una de estas variables, entonces, las visiones de los protagonistas están en un tono que emula al bleach bypass (un color medio plateado), los flashbacks en un sepia casi amarillo con un grano bastante grueso y las apariciones de los espectros “malos” en tonos más azulados. Esto sumado a planos en cámara lenta y varios recursos más dan como resultado un pastiche que no encuentra en el guión ningún fundamento. Cambios de este tipo, e incluso más agresivos, se pueden encontrar en joyas como Asesinos por Naturaleza de Oliver Stone o La Casa de los 1000 Cuerpos de Rob Zombie, en donde su utilización sigue no sólo la lógica argumental sino además marca una posición estilística que abre al tratamiento de temas planteados por la obra. Ese claramente no es el caso de Extrañas Apariciones 2.

Este film es tan inerte en su construcción, tan impersonal, tan falto de sangre y carente de pasión que pudo haber sido la secuela mala de cualquier película basada en fantasmas realizada en los últimos 10 años.

Extrañas Apariciones 2 tiene un guión totalmente chato, que por ausencia de ideas, recurre insistentemente en las sombras que pasan por detrás de los protagonistas. Por otro lado, la fotografía y la banda sonora tienen un nivel de correctísimo tal que no sólo la vuelve impersonal sino además, por momentos, parece ubicarla en una posición neutral respecto al género en el que se ubica. La tensión entre el escrito y este aspecto del apartado técnico acompaña todo el desarrollo del metraje volviendo el visionado una experiencia poco placentera. Al final, cuando uno sólo espera que el martirio termine de una vez por todas, el giro, la revelación o cual sea la palabra indicada para nombrar a esa moda de los últimos años que obliga a una película a dar un cambio argumental drástico en los últimos minutos, es una estupidez tan grande que uno como espectador lo supuso a los 5 minutos de comenzado el film pero deshecho la hipótesis por estúpida.

La verdadera revelación sería que alguien de una explicación coherente sobre los motivos por los cuales se siguen distribuyendo este tipo de productos de tan baja calidad.