Exorcismo

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Manual de instrucciones con pocos datos

Un grupo de adolescentes traviesos se encuentran con un poder que apenas pueden enfrentar pero, por fortuna, tienen celulares a mano. Y todo está en la web.

Como dijimos un par de semanas atrás, asustar es difícil en los tiempos que corren. El terror real está a la orden del día y un par de videos del ISIS son capaces de generar más impacto que la más producida de las películas del género.
Por eso, el realizador alemán Marcus Nispel (ese que se animó a recrear La Masacre de Texas y Viernes 13 con resultados dispares) se anima a hacer su primera película de terror original. Y se quedó en el camino.
En #Exorcismo (film que también responde al nombre de Exeter o Backmask) Nispel vuelve a las raíces de películas que tanto éxito tuvieron en los ´80 como Diabólico (Evil Dead) o Noche Alucinante de Sam Raimi en la que un grupo de jóvenes libera un poder demoníaco en un lugar alejado del resto de la humanidad.
En este caso, un grupo de adolescentes de una pequeña ciudad arman una fiesta en un asilo abandonado en donde el sexo y las drogas están a la orden del día (o de la noche mejor dicho) hasta que encuentran un viejo disco de vinilo y deciden reproducirlo al revés en busca mensajes satánicos, subliminales o cualquier indicio de algo extraño.
Lo peor es que, contra todo pronóstico, los jóvenes invocarán un antiguo poder que se desatará causando estragos y poseyendo uno por uno a los presentes. En ese momento, lo único que podrán llevar adelante es un exorcismo pero ¿dónde hay un cura cuando se lo necesita?
#Exorcismo es un filme que, al igual que hizo Scream en su momento con los asesinos seriales, le agrega un toque de modernidad al subgénero de los exorcismos con tablets y celulares en los que los protagonistas encuentran las claves para llevar a cabo un ritual que no es para cualquier tipo de corazón.

Y si bien en la primera media hora (y un poco más también) la película da muestras de frescura, la cosa decae en la segunda mitad hasta convertirse en una muestra de todos los lugares comunes de este tipo de productos con adolescentes que parecen subnormales y asesinatos "gratuitos" que no asustan y llevan a preguntarse cuál es el coeficiente intelectual del guionista.
Eso sí, las escenografías "estilo Nispel" están: pasillos manchados con grafittis, sangre y mugre en todas las paredes, inodoros tirados por el piso y todo eso bajo un filtro sepia que hace parecer al asilo donde se desarrolla la trama un lugar verdaderamente tétrico y desolador. Eso sí está bien.
En definitiva, #Exorcismo no es un filme del todo malo pero tampoco una fuente de inspiración y originalidad y aquel que vaya buscando eso que ve en todas las demás películas de este tipo es muy probable que salga conforme de la sala.