Eva no duerme

Crítica de Mercedes Orden - Cinema Sonor

Eva no duerme ni sueña con hadas. Descansa en paz, sólo es una forma de decir cuando el cuerpo de Eva Duarte de Perón ha recorrido distintos caminos y sido víctima de perversas manipulaciones antes de ir a parar al Cementerio de Recoleta.
Gael García Bernal hace de un hombre argentino, héroe de patria, o así se define Emilio Eduardo Massera, en esta película donde toma la voz del relato para hablar de la yegua -cualquier parecido con ciertos discursos actuales no es mera coincidencia-, esa mujer que le costó un cuarto de siglo poder atrapar. Este militar se atribuye sólo un error: no haber destruido su cuerpo en el momento adecuado, haciendo de disparador de tres historias donde Pablo Agüero relata un oscuro mito de la historia argentina: el del cadáver de Evita.
En Eva no duerme, todo queda reducido a tres episodios: “El Embalsamador”, donde Imanol Arias interpreta al encargado de disponer del cuerpo de la mujer hasta el punto de cambiarle sus gestos para borrarle toda marca negativa; “El Transportador”, protagonizado por un Denis Lavant responsable de llevar al cuerpo lo más lejos posible, y “El Dictador”, con Daniel Fanego en el papel de Pedro Eugenio Aramburu.