Eterno paraíso

Crítica de Yaki Nozdrin - Visión del cine

El realizador santafesino Walter Becker (A dos tintas) presenta su segundo largometraje Eterno paraíso, un romance con eje en la existencia de los mundos paralelos.
Eterno paraíso cuenta la historia de Pablo (Matías Mayer) un joven de 26 años que está en pareja con Esperanza (María Abadi), su vecina y amiga desde la infancia. Su vida da un giro radical cuando Esperanza sufre un ataque con arma blanca en plena calle. Debido a la gran cantidad de sangre perdida, los médicos someten a la joven a un coma inducido. Pablo pasará el resto de los días acompañándola en la recuperación.

Pero luego de unos días de lucha, Esperanza finalmente muere. En pleno sentimiento de desesperanza, Pablo se reencuentra con viejos escritos de su padre, una especie de científico loco (o al menos esa es la imagen que dan a entender en un principio) que lo abandonó cuando él era sólo un adolescente. Allí encontrará una particular respuesta para su sentimiento de soledad: la existencia de mundos paralelos en donde se podría reencontrar con su amada y con cualquier persona muerta.

Walter Becker desarrolla una trama en la cual se plantean cuestiones tales como el significado de la vida y la muerte. El protagonista está desesperado y dispuesto a hacer todo lo posible para reencontrarse con su novia. Pese a que a lo largo de la película se explican las investigaciones que realizó el padre de Pablo respecto a mundos paralelos, sueños lúcidos y afines, muchas cuestiones quedan sin responder. El significado de estas palabras no recibe una respuesta concreta, y para aquellos que estén ajenos a su sentido será difícil seguir qué es lo que está ocurriendo en determinados momentos.

El cineasta tampoco brinda una respuesta para la situación del protagonista. Si él perdió completamente la cabeza o realmente existe todo aquello que había obsesionado a su padre, queda al total albedrío de cada espectador. Esto, lejos de generar más curiosidad e intriga, termina produciendo indignación y desconcierto. La gran mayoría del tiempo se siente como si Becker hubiese tocado un tema del que tenía poca idea. Las ideas están ahí, pero el desarrollo falta.

Un punto para destacar de Eterno paraíso es la trama original que presenta. La película no es otra simple historia de amor, sino que el eje está puesto en las incógnitas que giran en torno a la vida y a la muerte. Becker también ahonda en la soledad y la (des)esperanza. El protagonista quedó sólo y está dispuesto a hacer y a creer en cualquier cosa con tal de reencontrarse con Esperanza y cumplir con ese amor eterno. Matías Mayer logra transmitir de una manera sólida todos los sentimientos por los que atraviesa Pablo.