Eternals

Crítica de Mariano Casas Di Nardo. - La Prensa

El problema de Marvel en estos momentos no es no tener a los mejores productores, directores o actores para realizar sus películas sino no contar con un experto en estadísticas o un sociólogo. Profesionales que miren hacia atrás y con la frialdad de la ciencia entiendan que las películas más taquilleras son las más terrenales. Que toda la saga "Avengers" quintuplica en éxito todo lo que sucede más allá del planeta, como "Guardianes de la galaxia" o "X-Men". Que cualquiera de las muchas películas de Spider-Man -un estudiante con poderes sobrenaturales- tuvo más público que todas las de Thor juntas.
Entonces, en lugar de seguir sobre la superficie terrestre y hacer filmes reales se va cada vez más lejos, como con "Eternals". Y así les está yendo, jugando en la cornisa, al borde del agotamiento.

MALDITO SEA

Si la famosa y tan esperada Cuarta Fase del Universo Cinematográfico de Marvel es lo que vino después del chasquido de Thanos, o sea "Endgame", las series "WandaVision", "Falcon y el Soldado del Invierno", "Loki", "Shang-Chi" y ahora "Eternals", maldito sea el momento en que los Avengers volvieron el tiempo atrás y vencieron al gigante violáceo. Hubiese quedado todo en el final de "Infinty War" y hubiese sido épico. Porque lo que siguió después: la muerte de Iron Man, la vejez del Capitán América, la panza de Thor, las series inmirables de personajes de cuarto nivel e incluso la pelea entre Scarlett Johansson y Disney por los derechos de explotación, estuvieron y están de más.

"Eternals" son dos horas y media de una explicación que nunca se termina de entender. Ni los cinco cerebros más inteligentes del mundo lograrían resumir en un párrafo la trama. Lo lógico de los filmes de acción es que primero se introduzca el conflicto, se expliquen los detalles entre el bien y el mal, y luego la acción nos invada. Acá intentan explicar el conflicto incluso mientras pelean. Y en la batalla final, entre rayos láser y patadas, siguen revelando por qué le están pegando al otro, que antes era bueno, ahora es malo y después bueno de nuevo.

INCOMODAS

El único patrón que respeta "Eternals" es el de una película coral, con dos o tres protagonistas consagrados y después un reparto a tono. El problema es que a Angelina Jolie y Salma Hayek no se las nota cómodas en sus papeles. No se creen superhéroes y por eso se ven muy artificiales. El resto no da el piné para semejante tanque. El único que hace pie en este naufragio de superhéroes desconocidos es Ma Dong-seok, que le imprime su sorprendente carisma a cada trompada que da.

Y cuando uno cree que peor el filme no puede ser, intentan humanizar la situación con una referencia a Hiroshima. Y en realidad lo que se ve es la ciudad devastada por la bomba nuclear y dos personas llorando en cuclillas disfrazadas de superhéroes. Una verdadera falta de respeto. Porque ellos son seres eternos que vinieron al mundo miles de años antes de Cristo y sólo pueden intervenir en los males del planeta cuando el enemigo es extraterrestre. Lamentable todo. Sin dudas, la peor película de Marvel.