Estoy acá (Mangi Fi)

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La ópera prima documental de Juan Manuel Bramuglia y Estebán Tabacznik, "Estoy acá (Mangi Fi)", pone el foco en dos historias similares con propósitos distintos, y una cultura que los une. Luego de su paso por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata hace dos años, finalmente lega a las carteleras, "Estoy Acá (Mangi Fi)", un documental cuyos mayores atributos no pasan tanto por lo formal, como por cuestiones de fondo.
Los vemos parados en las esquinas, en las veredas, de los centro comerciales urbanos. Allí, vendiendo relojes y alhajas en una valija, anteojos de sol sobre una plancha de Telgopor, o cualquier otro producto en la vía pública; o entre las arenas de La Costa durante épocas de vacaciones.
En nuestro egocentrismo porteño o de Conurbano, no los distinguimos, somos capaces de decir “son todos iguales”, o hacer cualquier tipo de suposición. "Estoy Acá (Mangi Fi)" posa su mirada sobre ellos, inmigrantes de Senegal.
Bramuglia y Tabacznik prefieren ir de los particular a lo macro. Pudieron hacer una pintura global de los inmigrantes senegaleses en Argentina; pero no, prefiere plantear dos casos particulares, acaso contrapuestos.
Los puntos de partida son Ababacar, y Mbaye; dos inmigrantes senegaleses con historias iniciales similares. "Estoy acá (Mangi Fi)", los sigue desde su emigración, vamos conociendo su historia, su cultura, su anhelo, sus deseos. En este último punto es donde las aguas se dividen.
Mientras que Ababacar se afianzó y adaptó las costumbres del lugar, aceptando que este será su nuevo hogar; Mabaye sigue manteniendo el deseo de regresar a Senegal a rencontrarse con sus orígenes. Ambos dejaron afectos allá en busca de un lugar mejor; pero Mbaye cree que tras cinco años ya es tiempo de querer ver a los suyos, mientras que Ababacar se siente más seguro en su nueva tierra.
"Estoy Acá (Mangi Fi)" plantea cuestiones universales pertinentes al arraigo, desarraigo, a la emigración, y al auxilio, sea este voluntario u obligado. ¿Cuán voluntario es buscar un destino lejos de un territorio que nos ahoga al punto de no poder subsistir?
Se muestran cuestiones culturales propias de Senegal, y su amalgama con nuestra cultura; como una puja entre el fundirse hasta desaparece, y el luchar por sobresalir. La cultura senegalesa en nuestro país no está demasiado revisada en la obra documental local, por lo cual, ya su aporte es interesante. Le otorga luz, visibilidad, a algo que pasa desapercibido, a lo que no se distingue.
Pero también plantea las cuestiones universales descriptas, y ahí es cuando, más aún en la coyuntura actual, adquiere un peso fundamental. A 2019, todavía hay quienes pretenden plantear en la sociedad debates respecto a las cuestiones migratorias. Cuestionan nuestra “permisiva Constitución Nacional” que permite un supuesto irrestricto ingreso de extranjeros, y facilidades para obtener a ciudadanía.
Se pone en tela de juicio cuál es el obrar de estos extranjeros, cuáles son sus fines y objetivos. Definitivamente, discusiones que atrasen tanto que ya sería hora de ir dejándolas de lado. "Estoy acá (Mangi Fi)" es un cabal testimonio de cuáles son los objetivos, y de plantearse cuán feliz es la decisión de alejarse de la tierra del origen en la que se tiene todo lo conocido. Bajo este cariz, el documental adquiere un peso político (no partidario), acaso no propuesto, pero alcanzado.
Es una declaración de derechos y principios en clave de vivencias cotidianas. Los documentalistas dejan de lado cualquier armado artificioso, o una estructura narrativa pesada. "Estoy acá (Mangi Fi)" es un documental tradicional, observacional, hasta quizás demasiado básico; no encontraremos ninguna riqueza desde sus aspectos cinematográficos, que tampoco se las propone.
Bramuglia y Tabacznik son conscientes de ubicar la historia, los testimonios, por delante; son la cámara y los personajes reales los que hacen el trabajo. No hay ninguna búsqueda de trascendencia estética; hasta quizás roce lo periodístico. "Estoy acá (Mangi Fi)" habla de dos personas, y a través de ellos de miles de personas; de una cultura, y de un grupo migratorio que trata de buscar su lugar; permanente o transitorio. En nosotros está el abrir las puertas y mentes.