Estoy acá (Mangi Fi)

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

En esta semana se estrenaron varios documentales disímiles entre sí, pero con un punto en común, la inmigración y la emigración, generalmente forzada por guerras, hambre, malas condiciones de vida en sus países de origen, etc., que obligan a las personas a trasladarse a otros territorios, precisamente al Continente Americano. Dentro de esta corriente migratoria se encuentran los senegaleses que han venido a la Argentina para conseguir prosperidad y algo de tranquilidad. La película codirigida por Juan Manuel Bramuglia y Esteban Tabacznik trata sobre este tema.

La historia transcurre en 2015, y los realizadores tomaron como caso testigo a dos hombres de Senegal para que cuenten los motivos por el cuál tomaron la decisión de cruzar el océano Atlántico y llegar a nuestro país.

Ambos se hicieron amigos aquí. Ababacar Sow y Mbaye Seck son carismáticos, tienen personalidades opuestas, pero con un objetivo en común: estar mucho mejor que en el África.

Ababacar prefiere el desarrollo personal, tuvo la suerte de entrar a trabajar en las oficinas del organismo que atiende a los inmigrantes refugiados y que, a raíz de ese estado, el dinero va a llegar solo. En cambio, Mbaye quiere ganar plata a toda costa como vendedor ambulante.

Así transcurre el film, con ellos hablando entre sí o con otros, o, también, cuando la cámara los sigue alternadamente a uno y a otro. Hasta viaja el equipo de producción a Senegal para acompañarlo un tiempo a Mbaye, porque extrañaba mucho a su familia.

No sólo el trabajo de ambos resaltan nítidamente los directores, sino que, además, la cultura, comida, idiosincrasia, etc., marcada por la religión musulmana tan diferente a la nuestra. En varias escenas podemos escuchar varias canciones étnicas, con el ritmo e instrumentos africanos que se distinguen del resto.

Con una realización despareja, un tanto aburrida en algunos tramos, ya sea porque la historia no avanza o las charlas entre ellos reiteran los mismos argumentos relatados en otras ocasiones, los cineastas narraron dos casos particulares de entre miles de senegaleses que llegaron en los últimos años.