Esteros

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

CORRIENTES DE AMOR

Esteros viene de recorrer el circuito de festivales LGBT, lo cual movería a priori a calificarla como una película gay como si de la adscripción a un género se tratara. Y si bien es cierto que lo que está en el centro de su trama es una relación homosexual, la historia de la película intenta, y en cierta medida logra, trascender la temática gay y abordar en su transcurso temas más universales.

Se trata de la historia de Matías (Ignacio Rogers) y Jerónimo (Esteban Masturini), amigos de la infancia en la ciudad de Paso de los Libres, Corrientes, que en la pubertad, ese momento bisagra de irrupción del deseo, empiezan a sentir que su amistad parece ir virando hacia otra cosa que todavía no saben bien qué es, hasta que su relación se ve truncada por la decisión de los padres de Matías de mudarse a Brasil. Así pasan los años separados y sin contacto alguno hasta que, ya adulto, Matías vuelve de visita a Paso de los Libres durante el carnaval junto a su esposa y allí se reencuentra con Jerónimo, despertándose entonces los recuerdos, las dudas, y la tensión amorosa y sexual que habían quedado pendientes y se revelan como todavía presentes y actuales.

Ambos personajes ya habían hecho una primera aparición en el cortometraje de 2015 del mismo director, Papu Curotto (aquí la entrevista), llamado precisamente Matías y Jerónimo, quienes en su versión pre-púber presenciaban, durante el carnaval en la misma ciudad, la paliza que una patota le propinaba a un joven homosexual. En aquel corto era más pesada la problemática de la homofobia, que no es el tema de Esteros donde esta no se percibe de manera evidente salvo por las miradas desaprobatorias del padre de Matías al presenciar los juegos demasiado cercanos y ambiguos de su hijo con su amigo. En realidad aquí el conflicto con la homosexualidad es más bien un proceso interno de Matías, en su miedo y su dificultad de asumirse, en el intento de huida de sí mismo y de su propio deseo. Pero el de la sexualidad no es el único conflicto que el personaje enfrenta, ya que el mismo estudio Biología con la intención de trabajar en los esteros de su infancia y terminó utilizando su título y su conocimiento para trabajar en investigación de soja transgénica en la empresa de su suegro. Es por eso que además tiene que vérselas con el malestar ante la renuncia a su vocación y a su lugar en el mundo. Todo eso es lo que va a entrar en crisis con el encuentro con su viejo amigo.

Contada desde el presente adulto y con continuos flashbacks a los días del fin de la infancia previos a su separación, lo más logrado que el film ofrece es retratar y transmitir la tensión entre los personajes. En los chicos una tensión en medio de juegos presuntamente infantiles que se cargan de un elemento que todavía no logran comprender pero que se vuelve cada vez más innegable e incontenible. En los adultos una tensión amorosa y sexual, ciertamente, pero también en el caso de Jerónimo, quien asumió libremente su sexualidad pero nunca pudo formar una pareja estable, el resentimiento por sentirse abandonado y traicionado, y en el caso de Matías la tensión ante su propio deseo y la culpa y el miedo a abandonar su estado de seguridad.

Esteros es una película sin estridencias, con una puesta sobria, sin música que remarque salvo la que los propios personajes escuchan y con pocos movimientos de cámara. Hay si un trabajo más notorio en la fotografía en lo que hace al paisaje de los esteros, el marco de lo que fue y ahora vuelve a ser la historia de estos personajes y que adquiere entonces particular protagonismo. Por su planteo, el mayor peso de la película recae en los actores tanto los chicos como los adultos. Es notable el trabajo en ambos casos ya que logran transmitir con empatía y verosimilitud ese universo interno que no alcanza a expresarse en palabras, esa tensión todo el tiempo contenida y a punto de estallar.

El tema de la película es la identidad en una acepción que no se aplica solamente a la sexualidad. Es cierto que hay algo de un romanticismo un poco naif en esa propuesta de seguir los sueños, pero esta se presenta a través de personajes creíbles y desde una intención que se percibe honesta y sensible.

ESTEROS
Esteros. Argentina. 2016.
Dirección: Papu Curotto. Intérpretes: Ignacio Rogers, Esteban Masturini, Joaquín Parada, Blas Finardi Niz, Renata Calmon. Guión: Andi Nachon. Fotografía:Eric Elizondo. Edición: Luz López Mañe. Duración: 83 minutos.