¡Está vivo!

Crítica de Matías Pérez Andrade - Revista Maxim

Está todo mal con vos

Leonore y Frank no están casados, pero están recontentos de ser papás. Todo es felicidad hasta que entran en la sala de partos. El recién nacido es lindo, pero es malo, muy malo de verdad. Ahí nomás, al toque, se las ingenia para asesinar a todos los presentes, en la escena más sangrienta y absurda del año. El pequeño demonio crece con una familia sustituta y comienza a desarrollar un espantoso apetito homicida por las ratas, los perros y los pingüinos. Posteriormente empieza a boletear más gente. ¡Chuavechito, chuavechito! Su nueva madre comprende rápidamente que el pibe es un engendro del infierno y que debe morir y pronto. Zarpada remake de una peli de 1974 del director Larry Cohen. Tanto la original como esta versión salen con fritas. En la primera el bebé era un muñeco horrible, ahora es un diseño de computadora muy fulero. Llena de escenas para aliviar cualquier tránsito lento. De nada, señora.