Espiral: El juego del miedo continúa

Crítica de Rolando Gallego - EscribiendoCine

Chris Rock perdido entre la violencia y la venganza

La saga SAW busca despegarse de sus predecesoras con una propuesta mucho más cercana al thriller que al terror y pierde verosímil por la fallida interpretación del comediante Chris Rock.

Pese a contar con grandes figuras en su elenco, Espiral: El juego del miedo continúa (Spiral: From the book of saw, 2021) no logra, durante todo su metraje, capturar la atención del espectador.

Un espectador desorientado por la particular interpretación del cómico Chris Rock, que verá cómo aquel juego mortal iniciado hace años con la primera entrega de la saga, eclosiona en un híbrido que coquetea con varios géneros y hace agua por todos lados al querer sorprender con imágenes impactantes pero sin ningún sustento real para lo que relata y desarrolla. Problema de premisas, quizás.

Pero no es que esta nueva entrega no proponga una “refrescadita” a este relato que tiene en Jigsaw a uno de los íconos del miedo de los últimos años. Pero con el afán de innovar, e incorporar a Rock como el personaje protagónico -fuera de tono y ritmo- se construye un pastiche en donde las múltiples referencias a relatos como Pecados capitales (Seven, 1995) y series procedimentales longevas como La ley y el orden, disparan vectores sin profundizar en la verdadera esencia de sus personajes e intrigas.

Con recursos mucho más holgados que los utilizados en la primera película, ni siquiera la presentación de los escabrosos juegos propuestos por el asesino (con algunas imágenes que obligan a los más sensibles a mirar hacia otro lugar), permite generar el vínculo necesario para asimilar la estructura episódica escogida por el guion, más cerca de una serie policial que de una película de género.

Para reforzar algunas ideas presentadas, hay una desafortunada construcción estereotipada de los personajes: Rock es el policía misógino, egocéntrico, exaltado, que debe cuidar el buen nombre de su padre. Su padre (Samuel Jackson), de ser el oficial ejemplar pasó a ser uno cuestionado por su dudosa honestidad. Max Minghella es un novato que debe lidiar con los humores de Rock y algunos equívocos laborales, y Marisol Nichols la jefa del departamento estricta. Personajes trillados, plagados de lugares comunes, que transforman a Espiral: El juego del miedo continúa en una secuela menor e imposible de ser tomada en serio como un reinicio de la historia.