Espiral: El juego del miedo continúa

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

En 2004, el ahora reconocido James Wan (creador de «El Conjuro» e «Insidious») adaptó un cortometraje que había coescrito junto a Leigh Whannel («Upgrade», «The Invisible Man») a la pantalla grande. Ambos realizadores comenzarían un ascenso meteórico con esta pequeña película titulada «Saw» que marcaría el comienzo de una longeva y exitosa saga. Aquel film inicial presentaba una atrapante premisa donde dos personas eran sometidas a juegos macabros por medio de un despiadado asesino serial y la investigación policial que se desprende de la búsqueda de dicho homicida. La película recordaba un poco a «Cube» (1997) pero más tirando a un thriller policial, lo cual le daba un toque más atractivo e intrigante a la trama. «Saw» comprendía una obra pequeña que tuvo un costo cercano a los 1.2 millones de dólares y llegó a recaudar 103.9 millones. Obviamente, el éxito fue tan gigante que las secuelas fueron encargadas prácticamente de inmediato. La saga fue exprimida hasta tal punto que desde el 2004 hasta el 2010 hubo una película por año para el mes de octubre durante la época de Halloween.

Luego hubo en 2017 intentaron revivir la saga con una entrega más, la cual sufría de los mismos problemas que tenían el resto de las continuaciones, que solo buscaban explotar el costado gore y más grafico del asunto, con tramas y actuaciones pobres que eran una mera excusa para ver formas elaboradas y creativas de torturar a los personajes.

Cuando años más tarde se conoció que se estaba trabajando en un reboot de la franquicia producido y protagonizado por Chris Rock, parecía algo extraño, pero ligeramente atractivo como para ver si se rompía el molde. Luego apareció el primer trailer donde también se lo podía ver a Samuel L. Jackson («Pulp Fiction») haciendo de las suyas, y un look aggiornado seguido de lo que se podía ver como un presupuesto mucho más alto al que estaba acostumbrada la franquicia, con lo que hubo un mínimo interés en ver qué pretendía Lionsgate para resucitar a uno de sus productos más exitosos. Sin embargo, viendo el resultado, si bien «Spiral: From the Book of Saw» puede ser más interesante que varias de las secuelas de la saga, no ofrece nada nuevo y termina siendo más de lo mismo.

En esta oportunidad, el largometraje se centra en el detective Ezekiel «Zeke» Banks (Chris Rock), quien vive a la sombra de su padre, el cual fue una figura importante dentro de la fuerza policial. Eso sumado al hecho de que Zeke denunció a su excompañero por corrupción, hace que nadie quiera trabajar con él. Un oficial novato (Max Minghella) entra al departamento de policía y es asignado como el nuevo compañero de Zeke, justo cuando comienza una investigación relacionada con una serie de asesinatos que albergan ciertos paralelismos con los de Jigsaw. Todo parece indicar que apareció un imitador o incluso un seguidor del viejo asesino serial, y a medida que van apareciendo los cadáveres, Zeke descubre que las nuevas víctimas son oficiales de policía corruptos, tales como el compañero que denunció. De esta forma se convierte en el epicentro del juego macabro del inteligente homicida.

Probablemente podamos advertir y justificar el resultado en el hecho de que el encargado de llevar a «Saw» hacia nuevos horizontes no es otro más que Darren Lynn Bousman, director de «Saw» 2, 3 y 4 y otras tantas películas de terror menores que pasaron sin pena ni gloria. Acá podemos encontrar el primer error ya que traen a un viejo conocido para tratar de brindar algo «nuevo». Otro de los problemas del film recae en las paupérrimas interpretaciones que nos trae su elenco, principalmente Chris Rock que parece estar en un tono y registro distinto. Igualmente, «Saw» nunca se caracterizó por presentar grandes actuaciones, pero aquí esto es llevado al extremo, como también sus escasos recursos narrativos, entre los que se encuentran una enorme cantidad de flashbacks (algo habitual en la saga), para tratar de encontrarle algo de coherencia y cohesión al asunto, al mismo tiempo que busca intentar generar giros sorprendentes, pero pobremente motivados.

No obstante, ¿Quién pretende algo nuevo de «Saw 9»? Hay que ser realistas y no pedirle más a una franquicia que parece haber desbarrancado hace rato y cuyos creadores han desaparecido tras la primera entrega y solamente han oficiado de productores. Si dejamos de lado las pretensiones y somos justos con el producto que se nos ofrece probablemente podamos disfrutar de algunos pasajes de esta película. En definitiva, es entretenida y no pretende ser más de lo que termina siendo. A esta altura el film no conseguirá nuevos seguidores ni tampoco nuevos detractores, es un film que se queda en el molde y no representa nada nuevo. Tal como sucede en el film, está entrega parece sufrir del efecto copycat del original tratado de emular la formula exitosa, pero sin llegar a convencer.