Escuela normal

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

El secreto es saber mirar

Hay mucho de lo que Celina Murga buscó en su primera experiencia en el documental que Escuela Normal refleja con claridad, con elocuencia. El vértigo que supone no controlar todo lo que pasa delante de la cámara (algo que en la ficción es regla) y, en consecuencia, la disposición para entregarse a alguna situación inesperada, el buen ojo para capturar una buena escena en algún detalle imprevisto que sucede cerca del foco inicial de atención (son ejemplares en este sentido el registro visual de los comentarios por lo bajo de los alumnos en una clase, de algún arrumaco en medio de una discusión entre ellos de orden político y, sobre todo, de la magnífica coreografía improvisada por una nenita de esas que disfrutan de su propia fiesta en medio de una celebración para adultos). Todo el catálogo de investigaciones sobre el género que la propia directora entrerriana se propuso desarrollar, según contó en las entrevistas que dio para promocionar esta película -una de ellas publicada ayer en este mismo diario-, quedó plasmado entonces con solidez, astucia y convicción. La Escuela Normal del título es una fundada en Paraná, en 1871, por Domingo Faustino Sarmiento, con el objetivo de formar maestros que luego irían a trabajar a distintos puntos de la Argentina. Pero en lugar de inclinarse por el relato más convencional, el que ilustre con testimonios los hitos de la larga historia de esa institución, Murga puso el foco en la previa a la elección de las autoridades del centro de estudiantes y en la febril actividad de una jefa de preceptores que pone el cuerpo en lugar de dar instrucciones desde un escritorio. Y cierra el círculo con un emotivo homenaje del que participan un grupo de ancianas que pasaron por la escuela, proyectando en ese recorrido temporal la cifra de un cambio cultural: desde la alumna de principios del siglo pasado que no saludaba a su profesor de historia como silencioso reproche por el maltrato al que ese docente sometía a uno de sus hermanos hasta los jóvenes que en la actualidad pelean por un espacio destinado a defender sus intereses dentro de la escuela con las herramientas más vigentes de la política.