Escobar: Paraiso perdido

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Benicio del Toro es Pablo Escobar, como ya lo ha hecho con otros personajes historicos como el Che Guevara y que tanto disfrute hacer.
La figura de Pablo Escobar no necesita demasiada presentación para nadie que haya vivido durante la década del noventa en adelante. Fue objeto de varias producciones, libros, series de TV y películas, y llega el turno de verlo encarnado nada mas ni nada menos que por Benicio Del Toro.

Escobar se centra mucho menos de lo esperado en la vida del líder narco del cartel de Medellín, y en cambio nos cuenta la relación que el personaje de Nick, encarnado por Josh Hutcherson (famoso entre nosotros por Zathura y la saga de Los juegos del hambre) mantiene con Escobar, devenido en la historia en su tío político.
La composición del personaje que hace Benicio Del Toro es interesante, muestra realmente el carisma y la oscuridad que el líder del cartel ha tenido en la vida real, pero lamentablemente, la trama se desdobla tan rápido al conflicto del otro personaje y su historia de amor, que uno no llega a compenetrarse demasiado en la construcción actoral de Del Toro.

Escobar es dinámica, sus dos horas de duración pasan rápido, pero la realidad es que es una historia que se ha visto mas de una vez, y la distancia que desde el guión se pone con Pablo Escobar es tal, que cualquier atisbo de interés particular que podría aparecer luego de la escena inicial, queda perdida en el genero de acción-drama al cual ya nos hemos acostumbrado demasiado.

Escobar:Paraíso perdido es una película a la cual le convendría mucho mas una cartelera más bien carente de superproducciones, ya que como producto, podría funcionar muy bien para una audiencia genérica que no busque ninguna historia en particular.