Escape Room: sin salida

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Las historias ambientadas en inextricables laberintos kafkianos se han filmado muchas veces, y traen ecos de más de un clásico episodio de la serie “Dimensión desconocida”. Si bien al comienzo del film resulta todo demasiado familiar, a medida que avanza la acción el asunto se va poniendo mejor, más interesante y terrorífico.

Luego de un vertiginoso prólogo, el punto de partida de la trama lleva como protagonista a un grupo de personas diferentes, que no se conocen entre sí, y reciben una especie de cubo misterioso con una invitación para resolver un escape imposible y ganar 10 mil dólares. Todos aceptan y pronto se encuentran sumergidos en una auténtica pesadilla. Desde el primer lugar donde los reúnen, cada sitio y habitación se convierten en trampas mortales de las que sólo pueden escapar según una lógica más bien extraña. En especial, un paisaje helado y un bar que dan lugar a un abismo son algunos de los escenarios que funcionan bien para alterar tanto a los protagonistas como al espectador. Quizá lo mejor de “Escape room” es que hacia el final levanta vuelo con la explicación de las razones de estas espantosas pruebas. Como film de ciencia-ficción de bajo presupuesto, el resultado no esta nada mal.