Escape imposible

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Dos gigantes en plena acción

Nunca se imaginó Ray Breslin (Sylvester Stallone) que iba a caer en semejante antro. Maleantes de todo tipo, asesinos y hampones de la peor calaña. El está acostumbrado a este tipo de situaciones, pero también hay un límite.

Breslin es el señor top de la seguridad carcelaria. Como la abogacía no le daba demasiado resultado, se dedicó a la seguridad y su libro es un best seller que se disputan los directores de prisiones. Hasta que se mete la CIA y el pobre Breslin cae como un preso vulgar para saber cuáles son los problemas de seguridad de una gran prisión. Breslin está preparado para luchar, fugarse, disimular, además fue uno de los que diseñó la prisión, pero la cosa viene fea y si no fuera porque Emil Rottmayer (Arnold Schwarzenegger), un grandote de apellido alemán se le acerca, la cosa hubiera sido peor. Además hay un médico en la prisión, Kyrie (Sam Neill), que no termina de pasarse al grupo de los malos.

TRUCOS Y ALGO MAS
El filme es simple, diríamos elemental, con mucha violencia, enfrentamiento de grandotes versus grandotes, algunos trucos para escaparse que no son nada del otro mundo y que Houdini hubiera despreciado y dos fuertes personalidades unidas por primera vez en la vida cinematográfica. Son Sylvester Stallone como Ray Breslin y Arnold Schwarzenegger, en el papel de Emil Rottmayer, los reyes de la acción hollywoodense se encuentran por primera vez en una película con más de sesenta años, varias veces millonarios, padres de varios hijos y ex esposas.

Los dos muestran un óptimo estado físico y se enfrentan con el sádico de Hobbes (Jim Caviezel). Nada nuevo bajo el sol, pero lo necesario para entusiasmar a los fans del cine de acción.