Ernesto Sábato, mi padre

Crítica de Diego Lerer - Clarín

El mundo privado

Mario Sabato muestra el lado íntimo del escritor.

A un año de cumplirse el centenario de su vida (nació en 1911), Ernesto Sabato es protagonista y también receptor de este especial homenaje cinematográfico, una suerte de recorrido por momentos íntimos y familiares suyos capturados, en la mayoría de los casos, por su hijo, el realizador Mario Sabato.

El documental del realizador de India Pravile es el compendio de materiales que Mario fue filmando con su padre a lo largo de varias décadas, con entrevistas y paseos, recorridos por lugares familiares, anécdotas íntimas y un poco de historia contada (con la voz en off y también presente en cámara) por el propio realizador.

Sin intentar hacer ningún análisis de Ernesto como figura literaria, el filme encuentra a Sabato mostrando la casa de su infancia en Rojas y contando su niñez (con diez hermanos y un padre muy severo), para pasar luego a sus años en la Universidad de La Plata (la que también recorre) en donde estudió y enseñó Física.

El resumen de su vida personal hará centro, claro, en su larga estancia en Santos Lugares, su relación de toda la vida con su mujer Matilde y, brevemente, en su obra literaria, para lo cual su hijo lo hará recorrer lugares mencionados en novelas suyas como Sobre héroes y tumbas, además de mostrar escenas de El poder de las tinieblas, su adaptación de Informe sobre ciegos, de 1979, entre otras imágenes de archivo. Cierto aire lúgubre y fantasmal, muy típico de la obra de Sabato, recorre estos tramos del filme.

Testimonios de figuras célebres (China Zorrilla, Raúl Alfonsín y Mercedes Sosa; el documental está terminado en 2007) se mezclan con los de sus nietos y los del propio realizador hasta llegar a la etapa de Sabato como presidente de la CONADEP.

El filme luego hablará de la muerte de su mujer (y la profunda depresión en la que se sumió Ernesto) y algunas imágenes posteriores del escritor en 2006 y 2007 (las entrevistas tienen más de una década). Si bien cinematográficamente el filme es limitado, es entendible ya que se trata más de un registro personal que algo hecho con destino de salas. Ernesto Sabato: mi padre sirve como archivo y homenaje en vida y es un filme que debería tener un amplio recorrido televisivo y como material de consulta para los interesados en la figura del escritor.