Entre nosotras

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

Por una vida juntas.

Maria Sole Tognazzi es conocida en nuestro país principalmente por Viajo Sola, su anteúltimo film de 2013, que recién el año pasado pudimos ver por nuestras pantallas. Quizás a caballito del moderado éxito de aquella obra, nos llega ahora Entre Nosotras – también con algo de retraso, es de 2015 – en la que repite, si bien no la historia, el ingrediente de su efectividad, una de sus actrices protagónicas, la sólida Margherita Buy.

La actriz de El hada ignorante es Federica, una arquitecta que da un giro a su vida cuando decide ir a vivir junto a la ex actriz Marina Baldi (Sabrina Ferilli). Ambas se quieren, no hay dudas, comparten mucho más que un espacio, comparten una vida; pero también son muy distintas, y a cada una la marca su pasado. Básicamente, Marina es más extrovertida, lesbiana asumida desde siempre, luchadora por los derechos. Para Federica las cosas son diferentes, tiene un pasado heterosexual, casada y con un hijo. Ambas viven su sexualidad como les surge, y eso traerá más pronto que tarde, alguna complicación en la pareja.

Tognazzi se inclina por mostrar estas personalidades contrapuestas, que se complementan, pero también chocan. La timidez de Federica y la arrolladora personalidad de Marina son expuestas hasta de modo exacerbado. Pero Entre Nosotras no es solo un relato LGBT, menos un relato de denuncia. Es más, en más de una ocasión pareciera ser una excusa o un condimento para hablar de otros temas. Federica y Marina están condicionadas por la sociedad y la clase social, por ser mujeres fuertes en un entorno que pareciera mirarlas de reojo.

El punto de partida es interesante, pero como sucedía en Viajo Sola, la historia se diluye en un tratamiento anecdotario. Entre Nosotras se discurre en el costumbrismo típico del cine italiano, en un muestrario de clase media bien, y personajes algo estereotipados que si escapan del molde será por la labor actoral.

Sabrina Ferilli cumple correctamente con su rol y tiene química con su contraparte, hace creíble a su personaje que más de una vez pudo caer en un cliché exuberante. Pero quien sobresale es Margherita Buy, a quien la cámara adora, y a quien le alcanzan gestos para transmitir las emociones de Federica. Medida, cautelosa pero también apasionada, Entre Nosotras vale su visionado aunque sea para apreciarla a ella, y tampoco es que estemos frente al rol de su carrera, simplemente uno promedio.

Conclusión:
Entre Nosotras es un relato de mujeres actuales, gays e independientes; que enfrentan sus problemas para plantearse frente a la sociedad. No aporta nada muy original y sigue la tradición del cine italiano clásico; pero con su sencillez y el aporte de buenas interpretaciones logra sobreponerse de los lugares comunes.