Enterrado

Crítica de A. Degrossi - Cine & Medios

Al fin, cine

"Enterrado" no tiene la pretensión de ser original. No lo es. Su director, el español Rodrigo Cortés, lo sabe. Lo importante es ser creativo. Eso marca la diferencia.
Desde el comienzo, en los créditos iniciales, el homenaje y reconocimiento a Hitchcock -y a Saul Bass, diseñador de los títulos más emblemáticos del director- deja todo en claro y da paso a un hora y media que es de lo mejor que se ha visto en mucho tiempo en pantalla.
Porque Cortes es capaz de hacer cine. Crear climas, generar tensión, lograr que el espectador esté expectante en su butaca. Cuenta con el talento de un Ryan Reynolds que logra plasmar con claridad los estados por los que pasa su personaje Paul Conroy: sorpresa, pavor, enojo, esperanza, y casi todo el abanico de emociones por lo que puede atravesar un individuo que se descubre adentro de un cajón, enterrado sin saber en dónde ni por qué. Sólo tiene un encendedor y un teléfono móvil en el que recibe instrucciones de su captor y por medio del cual intenta conseguir ayuda, pero en cambio recibe la incompetencia de un sistema que no reconoce ningún valor humano.
Es destacable como los enemigos de Conroy, porque descubrirán que no es sólo uno, son desplegados por un guión que con inteligencia plantea conflictos que van más allá de la obvia situación del protagonista, y con un humor que hasta el final destilará sadismo puro.
Sirva este filme como ejemplo de cómo es posible contar una historia con eficacia, sacando provecho de las limitaciones y con un presupuesto ínfimo en comparación con tanto mamotreto interminable que debemos padecer semana tras semana.
No se la pierdan.