Ensayo de una nación

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Una utopía cantada.

La ópera prima de Alexis Roitman, Ensayo de una Nación, expone las aristas de la Argentina contradictoria que nos toca padecer a diario como habitantes y ciudadanos porque el contraste entre la buena voluntad y la falta de voluntad es notorio en el derrotero de cualquier iniciativa que tenga por objeto una meta más que ambiciosa.

Utopías alcanzables para algunos como la creación de un proyecto cultural y educativo, Argentina canta por la paz, cuyo objetivo central era la amalgama de diferentes colegios del país, contenedores de alumnos de distintas clases, credos y estratos sociales para interpretar como cierre de los festejos por el Bicentenario en el 2010 una cantata con un mensaje claro de integración y tolerancia de cara al futuro.

Los entretelones y las idas y venidas de esta unión de fuerzas entre docentes, alumnos de quinto grado y los propios hacedores del proyecto, la mayoría jóvenes y entusiastas que contaron con la enorme colaboración de experimentados directores de coros, músicos y maestros de escuela, fue registrada en arduas jornadas por la cámara de Roitman con la distancia adecuada para no contaminar la puesta en escena.

El mérito de Ensayo… más allá de su costado emocional en esa mezcla de combo que refleja las frustraciones y las soluciones creativas cuando los obstáculos de la burocracia y la falta de voluntad de las instituciones hacen mella en cada uno de los involucrados, lo constituye su despojo de didactismo, así como su equilibrio a la hora de pensar el documental como un apéndice visual y no meramente desde un espacio institucional, sea del cuadro político que sea.

El montaje ágil y una cuidada selección de escenas y testimonios para habilitar los caminos de la reflexión a pesar de la emoción significan para esta ópera prima una carta de presentación por demás interesante.