En trance

Crítica de Fernando Iannantuono - Cine crítico

Cine hipnótico

Atrapante película que a través de la premisa de la vuelta de tuerca constante mantiene al espectador atento ante cualquier circunstancia. Una trama completamente efectista y vertiginosa permite la creación climas bien tensos y atrapantes que sin lugar a dudas entretendrán durante toda su extensión. Es una lástima que al terminar el espectáculo, el espectador se sienta usado, mareado y sin la menor idea de que sucedió.
Danny Boyle es uno de los mejores directores en cuánto se refiere a narrar una historia de manera atractiva y moderna. Su uso de estrambóticos enfoques, montaje veloz y estimulante música le permiten a sus productos llamar la atención y entretener al espectador. Prácticamente se podría decir que "En trance" está hecha a su medida. Creada para potenciar las mejores técnicas del realizador, haciendo de la película una obra que no da respiro e hipnotiza al espectador en un terreno sumamente atrapante.

Arrancando por una brillante escena de robo a una subasta de arte, se pondrá en marcha un mecanismo de giros constantes donde por ejemplo en primera instancia el narrador posiblemente el héroe incorruptible es revelado como el ladrón encubierto dentro de la operación. Los hechos se sucederán de manera impecable hasta que la necesidad de requerir los servicios de una experta en hipnosis den pie a una cadena de eventos aún más atrapantes pero llena de agujeros y muy difícil de entender. Es desde aquél momento donde Vincent Cassel le pregunta a James McAvoy por qué eligió a Rosario Dawson como su terapeuta cuando la historia entra en el terreno del rompecabezas cerebral volviendo a la película tan apasionante como irritante o angustiante.

Sin lugar a dudas, desde el instante que aparece la hipnosis en la película, la misma empieza a ser embestida por toda clase de fuerzas fantasiosas que continuamente ponen en riesgo el verosímil del relato. A partir de aquí el espectador tendrá que soportar ciertas libertades, como la facilidad y efectividad en que son hipnotizados los personajes, y evitar tratar de entender lo sucedido, ya que ante cada giro la película abre demasiadas puertas hacia el azar más conveniente y todo resulta extremadamente presuntuoso. Si bien, la película busca estos efectos, claramente se le puede objetar que sus recursos son desleales con el espectador, ya que en bastantes momentos se mezclan los sueños con la realidad y en nunca hay una intención de diferencia lo onírico de lo real. Este es un típico engaño que puede ser tolerado una vez, pero cuando son varias veces ya se trata de un acto irrespetuoso.

Por último, la presencia de Rosario Dawson le permite introducir a la película otro elemento todavía más atrapante: la manipulación. Observar como la terapeuta seduce a los hombres y lentamente los va guiando para que hagan lo que ella desee es impresionante. Dawson brinda una impecable actuación que le permite personificar a esta terrible seductora dominadora de hombres. No es para nada casual que la mayor efectividad de la película radique en sus hombros, ya que la trama se trata básicamente una sola cosa, manipulación.