En otro país

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Tres historias simples, tres relatos con muchos puntos en común que ganan en naturalismo, quizás una de las películas más sencillas de su director; entonces ¿qué es lo que hace a ”En otro país” una película tan interesante y formidable? La respuesta a esa pregunta mucho tiene que ver su protagonista, Isabelle Huppert. No es la primera vez que Hong Sang Soo se inclina por las películas que homenajean al cine, y el camino que eligió esta vez es brindarle toda la historia a su estrella, mostrarla como una diva en simpleza de recursos.
En efecto, esta propuesta gira enteramente alrededor de los tres personajes que compone Huppert en las tres historias ¿o es el mismo personaje? ¿o es la misma historia? Todo comienza con una joven coreana que escribe ¿de modo amateur? el guión de una supuesta película sobre tres mujeres que visitan el pequeño hospedaje costero en Mohang en el que casualmente vive ella.
Así, se da paso a las tres historias, las tres mujeres llamadas Anne (Isabelle, por supuesto) son turistas francesas, y cada una pareciera tener una personalidad diferente, aunque todas comparten la misma virtud/defecto cautivan a todos los hombres con los que se cruzan.
En este juego del guión dentro de la película, hay elementos que se repiten en una u otra historia de manera distinta, pero los ejes centrales son el mismo en las tres, Anne es una mujer soltera/casada infiel/divorciada que llega ocasionalmente a Mohang, se hospeda en ese pequeño hotel, y tarde o temprano, buscando un faro, se cruzará con un simpático guardavidas con el que vivirá un amorío trunco (además de otro affaire distinto en cada historia).
Ya sea una distante directora de cine, una infiel que juega a la seducción inocente, o una divorciada (su marido la dejó por una coreana) que juega con los hombres, las resoluciones parecen ir siempre para el mismo lado, las mujeres la admiran/envidian/detestan, los hombres (hasta un monje) no se resisten a sus múltiples encantos. Hong Sang Soo filma con ligereza, realiza una co-producción entre su país Corea y Francia, con una gran estrella central.
Pero a diferencia de lo que podía pensarse, no realiza un film más profesional, serio, o espectacular, todo lo contrario;” En otro país” es un film que pese a contar tres historias que se entrelazan con personajes que se repiten y con puntos en donde una historia se funde dentro de la otra (atención a esos sutiles detalles), no deja de ser una película sencilla en donde todo se comprende a la perfección, una comedia ligera y simpática, que no carga las tintas en ningún momento; hasta pareciera ser hecha para el simple divertimento.
La cámara contemplativa siempre es un fuerte del director, y esta no es la excepción, Mahong es presentada de un modo entre bello y bucólico, hay grandes planos en donde las palabras sobran, es más el guión está lleno de lo que podríamos llamar frases superfluas, se habla de la nada. A este preciosismo paisajístico hay que sumarle una fotografía colorida, en contraste, en donde hasta pareciera que cada tonalidad nos cuenta un estado de ánimo.
Y está Isabelle Huppert otra vez, si la película gira en torno a ella, la dama del cine que parece no envejecer sino mejorar no podía más que entregarnos una gran interpretación. Sus Anne son tres mujeres diferentes y las todas tienen esa impronta de la actriz que nos hace pensar que nosotros también nos deleitaríamos como los hombres coreanos. Quizás no sea la mejor obra de su director, no busca ser una obra maestra, y aun así, demuestra que puede ser una gran película en el frasco de una comedia simple.