En nombre del amor

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Baño de almíbar para no ver en parejaAmor, cuántas macanas se cometen en tu nombre. Con ese mismo título, "En nombre del amor", ya hay una película muda, un policial retorcido, una novela mexicana, un film cinta israelí, un corto canadiense, un videofilm nigeriano, una de infiltrados comunistas, otra de bailarines y quién sabe cuántas cosas más, que por suerte ignoramos. Y también novelas, claro. Como la edición castellana de "The Choice", muy originalmente rebautizada "En nombre del amor". Consecuencia: la adaptación cinematográfica pasa a estrenarse con ese mismo título. En fin.

"The Choice" es la duodécima novela de Nicholas Sparks, uno que escribe, por ejemplo: "En aquel momento, el sol estaba iniciando su trayectoria descendente, con rayos dorados reflejándose en el agua de la bahía" y cosas por el estilo, tipo composición escolar o folleto turístico, y con eso llega cómodamente a fin de mes, haciendo unas novelas románticas muy fáciles de leer y de ser confundidas, porque son todas bastante similares.

Sus personajes son siempre gente linda que vive en lindos lugares, como la costa de Carolina del Norte. Al comienzo la parejita se enfrenta, luego se enamora, despeja noviazgos anteriores, lima diferencias, su amor es para siempre, luego pasa el tiempo y la vida la pone a prueba (el Alzheimer, un asesino suelto, un tortazo, una disfunción eréctil, etc.), pero, ya está dicho, su amor es para siempre. Y la pantalla ilustra esas historias con un casting de artistas carilindos, todos en pose, vestuario, ambientación y fotografía de cine publicitario, música cargosa y situaciones empalagosas. Para unos, un plomo bañado en azúcar. Para otras, la historia más dulce y emotiva que hayan conocido esa semana. Ver juntos una de esas películas es una prueba que la cartelera les impone a los enamorados. Muchos noviazgos se han destruído a la salida.

Encima, en este caso la adaptación está por debajo de la novela, lo que ya es decir. Desaprovecha incluso algunas páginas buenas, como la situación de comedia donde los personajes se conocen (ella se acerca a su vecino en son de pelea y el tipo sabe esquivarla haciéndose el tonto). En síntesis, de positivo hay un boxer y una collie, cachorritos, paisajes, no mucho más. Intérpretes, Teresa Palmer y Benjamin Walker actuando como dos de segunda. Director, Ross Katz, como si no existiera. Productor, el mismísimo Nicholas Sparks.