En los 90

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

Vida sobre ruedas.

Todos nos sentiremos identificados ya que logra transmitir con la dosis justa un mensaje universal. Se leerá mucho que la figura paterna de este adolescente que nos representa a todos los que pasamos los 13 años, está ausente. En mi humilde opinión, nada más alejado de lo que se relata en el film, está muy presente y considero que, a eso, entre muchos otros factores, se debe el éxito de En los 90. Una película con personalidad.

Mid 90s (2018) es el gran debut como director y guionista del reconocido actor Jonah Hill. Un drama perteneciente al género Coming-of-age que sucede en Los Ángeles de los años 90’s. Stevie (Sunny Suljic), un adolescente de 13 años, lucha por encontrar su lugar entre su madre Dabney (Katherine Waterston), que ejerce la prostitución sin ocultárselo a sus hijos, y un hermano mayor Ian (Lucas Hedges) de carácter muy temperamental, que descarga su furia con su hermano menor de manera muy violenta. Este adolescente encuentra su lugar en un grupo de skaters, luego de hacer lo posible por “pertenecer” y aprende, en esa etapa, lecciones sobre la vida y vive sus primeras experiencias con el consumo de cigarrillos, alcohol, drogas y sexo.

Jonah Hill realizó una brillante labor en su debut, dejando en claro que no sólo es un talentoso actor. Con la tan controversial Kids (1995) como principal reminiscencia, el ingenio de Hill consiguió diferenciarse y relatar una historia sobre la rebeldía adolescente sellando su impronta. El director está muy presente en cada secuencia, en cada escena, real y sorprendente ejemplo de guion que escribió él mismo, le da forma con un estilo artístico europeo o a lo Dolan. Hill realmente tenía este talento escondido y nos sorprendió a todos, no se dispersa en ningún tramo del film y esto se debe a que tenía muy claro qué contar y la manera que es atractiva por su impactante realismo desde que comienza. Es imposible ignorar la historia, da la sensación de que se está gestando un nuevo cine, una exquisita combinación de todos los elementos que funcionan, ejecutados de manera efectiva.

El cine como arte nos brinda estas bellas y gratificantes sorpresas, nos dice que no todo está perdido para los apasionados y conocedores del buen cine, no todo es taquilla y aún más procediendo de Estados Unidos, hay personas como Jonah Hill que tienen para contar y con qué.

Se relata a la historia de Stevie -por cierto, con una impecable actuación de Sunny Suljic- como excusa para mostrarnos que hay detrás de esa etapa tan enigmática. El contexto que eligió Hill para contar esto es el ideal para la construcción de cada personaje y sus justificaciones. Seguramente ayudó mucho dominar la labor del actor y se nota que trabajó con cada uno de ellos, además de elegirlos y conocerlos para potenciar sus virtudes. El hermano furioso con la vida que le tocó y que ya pasó esa etapa tan dura no podía ser mejor interpretado por uno de los mejores actores de los últimos tiempos Lucas Hedges, un actor que elije muy bien cada oferta que se le presenta, en lo que se constituye como otro acierto de Hill.

En un excelente guion siempre se esconde lo que en verdad se quiere contar, muchos lo intentan, fracasan y pasan desapercibidos siendo solo pretenciosos. Hill lo logró en su totalidad, por su honestidad, sinceridad, transparencia y talento. En los momentos en los que el espectador está inmerso en el film y pareciera que llega a un clímax, el director corta con un fundido a negro recordándonos que estamos mirando una película, que la vida real no está en el cine, sí en sus historias y cuanto más realistas son, más nos atrapan, nos sentimos comprendidos y respetados por Hill, una elección valiente que describe su estilo arriesgado como director.

La madre ausente, el hermano agresivo, este adolescente que encuentra su lugar con un grupo de amigos, -personajes uno más interesante que el otro-, se relacionan por la falta de la paternidad, no existen padres en el film y en lo personal, creo que esa es la clave para comprenderlo en profundidad, no la ausencia del padre, -que es diferente por cómo lo plantea el director, sin lugar a dudas tiene que ver con un universo personal que maneja y esconde un sufrimiento-, sino la inexistencia total de la figura paterna. Por ese motivo, considero otro gran acierto que ese hermano enojado con la vida tenga sus motivos y es que asumió el rol de padre, postergando su vida y esa madre que ejerce la prostitución en su casa, es fruto del abandono del padre. De esta manera, muy cercana a la vida, está presente el padre, en las consecuencias de sus actos que no necesitamos nos los cuenten, están implícitos.

Existen pocos diálogos entre los hermanos, y eso es lo interesante; en especial de Hedges cuya habilidad principal es decir todo con la mirada, justamente nos comunica todo casi sin hablar, este recurso resulta muy emocionante, otra brillante elección de Hill.

Como si esto fuera poco para tratarse de una gran película, se destaca la banda sonora, suenan Nirvana, Arcade Fire, Wilco, Tweedy y géneros como el rap, funk, punk, alternativas/independientes, hip-hop, grunge y rock alternativo. Obviamente los sucesos están muy bien representados en el espíritu de cada banda o género, además de lo que se respiraba en aquella época.

Otro acierto, es la clara demostración de que no es necesario ser tan provocador o explícito para llamar la atención del público, sino utilizar la inteligencia, elegir un tópico sobre el cual se pueda profundizar, desde ya, conocerlo para bucear en él, tomar buenas decisiones con cada recurso, ser habilidoso para explotarlos en su justa medida y jamás pero jamás subestimar al espectador que merece todo el respeto del realizador.

No esperes un predecible comienzo, desarrollo, ni final, ya que es una película de pensamiento independiente. La connotación es el principal recurso que utiliza este director y nos invita a reflexionar. Por todo lo expuesto y sin extenderme más, recomiendo especialmente esta brillante y emocionante película.