En llamas

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Revolución para adolescentes

La segunda parte de la saga encuentra a sus protagonistas como triunfadores, ganadores de la edición número 74 de los juegos del hambre; aquellos que en la primera parte de la historia sufrieron toda clase de penurias, son ahora victoriosos ganadores que disfrutan de fama y dinero. Pero no todo es tan bueno como parece, ahora son los nuevos muñequitos de moda del capitolio, han perdido toda su intimidad - aparentemente por el resto de su vida - y pasaron a ser un instrumento del poder, utilizado para tener tranquilas a las masas. Con ese fin deben hacer una gira de la victoria por todos los distritos, dando discursos armados para distraer a la población y darles tiempo de pensar en lo mal que la están pasando.
Los victoriosos jóvenes se debaten ahora entre ser instrumentos del poder, y así no poner en riesgo sus vidas ni las de sus familias; o decir lo que piensan, con el riesgo de levantar a las masas, que por otro lado, no están tan dormidas ni resignadas como en la primera parte de la saga. Por ello, el Presidente Snow (Donald Sutherland), elabora un macabro plan para acabar con los jóvenes rebeldes.
Visualmente tan potente como la anterior, con esa estética entre kitch y barroca, la película no ahorra gastos en efectos especiales, imágenes fuertes, y lugares comunes. Cuenta con actores de la talla de Amanda Plummer y Philip Seymour Hoffman, que se suman a las buenas actuaciones de Woody Harrelson y a la caricaturesca composición de Elizabeth Banks. La película vuelve a plantear ese mundo totalitario, donde los medios del poder manejan a las masas a su antojo, al punto de sacrificar adolescentes todos los años con tal de recordarles quien manda, y con el doble fin de entretener también a los ricos y superficiales habitantes del capitolio. En esta segunda parte Katniss (Jennifer Lawrence) y Peeta (Josh Hutcherson) ya saben de qué se trata el juego, lo aprendieron a jugar, pero no dejaron de ser dos chicos del distrito 12 y deben elegir de qué lado van a estar, algo que dejan muy claro al final de la película. Mas allá de todo, es básicamente un filme para adolescentes, por lo tanto continúa explotando el triángulo amoroso entre Katnees, Peeta y Gale (Liam Hemsworth).
A esta altura, "Los Juegos del Hambre" ya tiene una enorme cantidad de seguidores, tanto por los libros como por las películas -como sucedió anteriormente con los vampiros mormones de "Crepúsculo"- y es para ellos que está armada esta historia, por eso a esta altura tal vez estén de más las reflexiones que podamos hacer sobre el modo en que la película aborda los regímenes totalitarios y el manejo de las masas, y tengamos que aceptar que para muchos adolescentes (no todos) que no han tocado un libro, y cuyo mundo comienza y termina en Facebook, las aventuras de estos protagonistas equivalen al Mayo Francés o a la Revolución Cubana. Así de triste.