En el tornado

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Tornados de esta época

Es difícil resistir a la tentación de decir que cada época tiene la película de tornados que se merece, pero la verdad es que dicha frase es absolutamente falsa y si de algún modo se acercara a la verdad debería valer para todos los géneros y subgéneros. Sin embargo, podría servir para llegar rápidamente a la comparación de En el tornado con Twister, la superproducción de cine catástrofe de los noventa cuyo principal atractivo a priori era su impresionante apartado de efectos especiales, de hecho si no recuerdo mal era promocionada como la Jurassic Park de las películas de tornados (¿?).

Y sí, En el tornado es de algún modo la Twister de nuestra época, es cine catástrofe con presupuesto relativamente alto que apuesta sobre todo a la espectacularidad de sus efectos especiales y que entretiene mediante la suma de escenas cada vez más intensas. Pero allí terminan las similitudes, porque el director Steven Quale no logra jamás darle el grosor suficiente a los personajes y a las relaciones entre ellos, todo es cartón y papel, son muñecos puestos allí para hacernos dudar si el tornado se los va llevar o no; si fuera por mí el tornado gigantesco podría haber borrado el pueblo completo, tal es la empatía que generan los seres humanos esbozados por Quale.

En el tornado suma dos vicios de esta última década, la utilización del recurso de la cámara en mano y el abuso constante de los efectos digitales. Lo primero lo recordamos del El proyecto de Blair Witch, fue convertido en subgénero luego de Actividad Paranormal, y ahora ya es un recurso generalmente utilizado para dar la sensación de realidad cruda que algunas películas requieren o si no porque queda lindo y sirve para vender gopros como parece ser el caso de En el tornado. Nosotros espectadores somos convertidos en una conciencia saltarina que va de cámara casera en cámara casera según el montaje lo requiera (por alguna razón que soy incapaz de aprehender en nuestro presente todo filma), esto seguramente tiene alguna implicación filosófica que no nos interesa a los fines de seguir analizado esta cosa. Entonces la historia se va desarrollando con imágenes obtenidas desde celulares, cámaras de fotos, cámaras ¿comunes?, gopros, etcétera, hasta que de repente el director necesita un plano muy abierto e increíblemente injustificado para mostrar cómo el tornado destruye un aeropuerto del que no hemos tenido noticias anteriormente y en el que no se encuentra ningún personaje que nos interese. Ahí sí se filma con una cámara convencional desde un punto de vista convencional. Todo lo cual demuestra que la arbitrariedad es la lógica de nuestros tiempos. También tenemos el tema de los efectos digitales el cual se reduce a que Steven Quale no es Spielberg o Cameron. Es decir, no es alguien que entienda del todo cuál es el límite entre lo que debe ser construido en un estudio y lo que debe ser inevitablemente digital, por lo cual amplias porciones de En el tornado se ven demasiado artificiales o no superan a Twister que fue filmada hace 18 años.

Lo que intento decir es que En el tornado entretiene pero no es capaz de superar a Twister en el único apartado en que debió hacerlo tan sólo por edad, los efectos visuales, y aunque no sé cuál es la conclusión de esta observación intuyo que no puede ser bueno.