En el tornado

Crítica de Fabricio Esperanza - Día a Día

Una ventolera

"En el tornado" es una película con buenos efectos especiales pero que no suma novedades al género catástrofe.

Las tormentas en los Estados Unidos son todo un tema. Hay una zona denominada “corredor de tornados”, que abarca gran parte del sureste del país, donde prácticamente los tienen enquistados en su modo de vida, en sus viviendas, en sus costumbres. Material de interés para los productores del cine catástrofe, la tecnología recién permitió llevar de manera creíble a la pantalla grande estos monstruos naturales arrasadores a mediados de los '90. El nombre propio de esta aparición fue sencillamente Twister, o Tornado, y contó con los protagónicos de Helen Hunt y Bill Paxton. En esa peli, un grupo de cazadores de remolinos andan persiguiendo chubascos para su registro, estudio y predicción. Tanta palabra viene al caso porque el estreno de En el tornado, la nueva gema de este nicho, vuelca más o menos las mismas ideas, aunque los efectos especiales han mejorado notablemente y constituyen el principal atractivo.

Cámara testigo. El otro punto de diferencia es que esta película dirigida por Steven Quale toma el modelo de falso documental, al estilo de Cloverfield: gran parte de las escenas están armadas al ritmo de las cámaras-testigo para potenciar la sensación del espectador de ser partícipe de la destrucción. Esta última es la palabra clave: el eje central, el motor que ruge en esta producción, lo constituyen los pobres edificios, casas y gente que resultan víctimas de los vientos. La combinación de imágenes realizadas por computadora y el excelente trabajo de sonido, seguramente pagarán el precio de la entrada para los que gustan de tales peripecias. Para llegar a ese punto hay que bancarse un primer segmento anodino y sin demasiado sentido, excepto el de ir plantando los personajes que luego pasarán a formar parte de dos bandos: los que se salvan o los que se mueren.

Indiscutiblemente, se trata de una propuesta en la que el calificativo de “pochoclera” encaja a la perfección: si la cuestión es pasar un rato entretenido sin mayores pretensiones que la de presenciar buenos efectos y estragos por doquier, esta es la película para el programa del fin de semana.