En el corazón del mar

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Una pesadilla heroica

"Moby Dick", la historia en el trasfondo de "En el corazón del mar", sigue ofreciendo para nuevas generaciones el poder de la buena literatura clásica de aventuras. El director Ron Howard, un gran relator de historias épicas -"La misión", "El luchador", "Una mente brillante", "El código Da Vinci"- vuelve a dar una lección de oficio y estilo. Darle vida y hacer creíbles personajes del siglo XIX es uno de los méritos (al cual no siempre acompañan alguno de los actores) y el otro es transmitir intactos los temas que atraviesan la obra literaria. La puesta en escena y la eficacia en el rodaje de escenas de catástrofe completan un filme sobre un relato que trasciende el tiempo. "En el corazón del mar" es en realidad dos películas en una ya que cuenta la historia de la gran ballena blanca que asolaba el Pacífico, pero el guión tiene como punto de partida "In the Heart of the Sea: The Tragedy of the Whaleship Essex", la novela escrita en 1820 por Nathaniel Philbrick, uno de los sobrevivientes del barco ballenero Essex, destruido a principios del 1800 por la que debía ser su mayor presa. El filme comienza con una reconstrucción de aquellos hechos reales, con Melville (el versátil Ben Whishaw) entrevistando a un hosco Philbrick (el siempre eficaz irlandés Brendan Gleeson). Melville insiste hasta que ex marino accede a contarle una anécdota que podría haber acabado con su vida cuando era casi un adolescente. El otro sobreviviente fue Owen Chase (Chris Hemsworth), que un año después que Phillbrick, en 1821, escribió "Narrative of the Most Extraordinary and Distressing Shipwreck of the Whale-Ship Essex" (Narración del naufragio más extraordinario y angustiante del barco ballenero Essex). A partir de esas fuentes el autor -y ahora también Howard- recrean como un grandioso espectáculo heroico aquello que en realidad fue una tragedia. Con el tiempo y las suscesivas interpretaciones que hizo el cine aquella historia de supervivencia de un grupo de náufragos se transformó en un muestrario de las mayores virtudes y contradicciones de un grupo de hombres llevados al extremo y enfrentados a su insignificancia, en circunstancias donde afloran la codicia y la nobleza, el drama y el pragmatismo y también el terror.