En buenas manos

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

La cuarta película de Jeanne Herry, hija de Miou-Miou, la popular actriz francesa, se refiere al proceso de adopción en Francia ficcionalizado a través de una serie de historias de personajes involucrados en el mismo.
Con una meticulosidad en todo lo que hace a los distintos pasos del proceso, la directora sigue, desde el presente, la adopción del bebé Theo por Alice, una teatrista de 41 años. Los flashbacks le permiten al espectador conocer a los que de alguna manera intervienen en la adopción.
Así, las subtramas cuentan la historia de la futura mamá adoptiva, dedicada al teatro para discapacitados, o el amor de Karine (Sandrine Kimberlain), una asistente, por Jean (Gilles Lelouche), agente de guarda del bebé.

NUEVA VIDA
Relato que se desarrolla a través de flashbacks, "En buenas manos" muestra la organización de un proceso modélico que permite la incorporación de un ser que llega al mundo abandonado (es rechazado por su madre universitaria) y es entregado, luego de un complejo pero eficiente proceso estatal, a quien lo esperó como hijo deseado por años.

Con didactismo por un lado y aproximación emocional de seres responsables de una tarea invalorable, el filme logra momentos de emoción (actitud del agente de guarda en su difícil oficio, escenas finales del niño y su madre adoptiva).

Se destacan por sus actuaciones Elodie Bouchez ("La vida soñada de los ángeles") en el papel de Alice, Sandrine Kiberlain y Gilles Lellouche, muy queribles en el desarrollo de una relación particular (la asistente y el agente de guarda) y la veterana Clotilde Mollet, como la primera asistente social que recibe la madre biológica de Theo.