EMOJI: la película‏

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

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Finalmente llegó la película basada en los emojis, esas pequeñas figuras que arrancaron como complementos a los clásicos mensajes de texto y que se fue expandiendo con la llegada de los de los smartphones.
En Textopolis viven todos los emojis del celular de un adolescente llamado Alex y uno de ellos es Gene (T.J Miller) quien es un “MEH” y no puede salir de esa expresión pero su falla hace que transmita muchas emociones por lo que en su primer día de trabajo ocasiona un desastre y junto con Hi-5 (James Corden) buscará a Lady Hacker (Anna Faris) para corregir ese error. Alex piensa que el teléfono está fallando y deberá salvar el dispositivo antes que sea borrado y se termine su existencia.

Con un trama muy poco original que es un rejunte de los clichés de grandes películas de animación como Ralph el Demoledor (Wreck-It-Ralph, 2012), La gran película Lego (Lego Movie, 2014) e Intensamente (Inside Out, 2015), intenta dar un mensaje de “aceptarse a uno mismo” que ya está demasiado visto y ni siquiera logra hacerlo de una manera entretenida.

En lo que no falla es en usar la no tan sutil forma de publicidad conocida como “product placement” o colocación de producto de las diversas apps que se pueden descargar en los celulares como Facebook, Spotify, YouTube, Dropbox , el juego Just Dance, entre otras. Es decir que intenta vender las miles de aplicaciones que los adolescentes y no tanto tienen en sus teléfonos.

El doblaje es uno de los peores que se hayan escuchado en una película, mientras que el protagonista y la mayoría de los secundarios hablan en castellano neutro, los padres de Gene hablan en un centroamericano espantoso mientras que el emoji Popó tiene acento argentino en la voz del actor Darío Barassi.

Emoji: La película es un burdo comercial extra largo de apps tan populares que ya están instaladas en la mayoría de los smartphones del público al que apunta, podría ser considerada la peor película animada del año pero es tan fácilmente olvidable que ni siquiera va a clasificar entre las peores de la historia.