Emergencia en el aire

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

El cine y las series surcoreanas siguen copando mercados. Y así como Parasite ganó el Oscar y la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y El juego del calamar explotó en el streaming global, el protagonista de la primera (Song Kang-ho) y uno de los actores de la segunda (Lee Byung-hun) están al frente de Emergencia en el aire.

Para darle algo más de respaldo, la película de Han Jae-rim tuvo su premiere el año pasado en el Festival de Cannes, fuera de competencia, claro. Es que es una película de acción, suspenso y con un tema que el guionista y director no hubiese imaginado al redactar el libreto que iba a tener tanta actualidad.

Porque la necesidad y la urgencia ocurren porque hay un virus esparciéndose a bordo de un avión con 121 pasajeros.

Y adivinen: ningún país quiere dejar que aterrice en su tierra el vuelo de la aerolínea Sky Korea 501, que partió con destino final a Hawái. Ni los Estados Unidos, ni Japón. Nadie. Y en la propia Corea lo piensan dos veces antes de tomar una decisión. Y por supuesto que habrá una corporación, una farmacéutica multinacional metida en todo esto.

Sin contar demasiado, la cosa es así. Un hombre joven difundió por las redes sociales que planeaba un ataque. No era muy claro cómo iba a hacerlo, pero el sargento Koo (Song Kang-ho) se mueve, y descubre que no era una amenaza falsa. No decimos más.

La película va teniendo, como toda película de catástrofe aérea desde la primera Aeropuerto, con Burt Lancaster y Dean Martin, a Vuelo 93, pasando si quieren hasta por ¿Y… dónde está el piloto? sus escenas a bordo del avión y lo que sucede en tierra. Antes de que el vuelo despegue, vemos cómo Ryu Jin-seok, el bioterrorista, elige al azar qué vuelo tomar. ¡Y no va que en ese avión está la esposa del sargento!

Para más, un padre y su hijita también se suben en Económica, pero tienen un encontronazo con Ryu.

A partir de allí, todo lo que se puedan imaginar es poco. El virus puede propagarse y hacer que quienes se contagien sientan una picazón, escalofríos, empiecen a toser sangre. Y como el avión es viejo -bah: tiene 20 años-, la ventilación reutiliza el aire que está adentro y como es un virus nuevo, el período de incubación es corto, y entonces… ¿Habrá un antídoto? ¿Eh?

Emergencia en el aire no es original desde ningún lugar del que se la mire. Los enfrentamientos entre los pasajeros, el heroísmo de algún piloto o azafata, todo lo que no puede faltar, no falta. Tampoco sobra demasiado: la descomposición de los cuerpos corre pareja con la solidaridad y el altruismo de los que son buenos y generosos.

En fin, pochoclera made in Corea. Y ojo: en el IMAX se proyecta la versión extendida, que dura 20 minutos más