Elvis

Crítica de Gastón Dufour - Cinergia

Del ascenso a la fama de Presley hasta su estrellato

Atención, señoras y señores: estamos a una vuelta de poder decir que Elvis es una de las mejores películas del año. Baz Luhrman que ilumina todo lo que toca. En el caso de la película que hoy nos ocupa, el director de The Great Gatsby (2013), Moulin Rouge! (2001) y Romeo +Julieta (1996), entre muchas otras creaciones, construye los personajes con sumo cuidado y respeto, y los acompaña en toda su complejidad.

Para esta tarea eligió excelentes intérpretes. La auténtica sorpresa es el fantástico Austin Butler, una revelación absoluta que llegó al papel a través de un video enviado al director, en el que interpretaba “Unchained Melody”, canción que el cantante oriundo de Mississippi reversionó en el año 1977. Otra de las grandes integrantes del elenco es la australiana Olivia DeJonge, quien interpreta a Priscilla.

Algunas de las cuestiones relacionadas a los elementos más importantes que hacen a ponerse en el cuerpo de una figura tan difícil de igualar (pese a los múltiples imitadores a lo largo del mundo) es, justamente, la más recordada, y se trata de los espectaculares movimientos que seducían a multitudes, y causaban histeria por igual. Butler trabajó en conjunto con la entrenadora de movimiento Polly Bennett, quien anteriormente tuvo a su cargo Bohemian Rhapsody y The Crown. Claramente, y dados no solamnete estos ejemplos, sino además lo visto en pantalla en la recreación de la vida y obra de “El rey”. En paralelo ensayó durante cinco meses junto a Luhrman para personificar a Elvis, un joven talentoso que solamente desea hacer música; y se cruza con un misterioso personaje, “el Coronel” Tom Parker, magistralmente personificado por el indiscutible Tom Hanks, quien se convierte rápida y naturalmente en su representante.

La película es emocionante, luminosa, increíble. Pocas veces, fuera de una de las producciones mencionadas más arriba, un personaje es interpretado de manera tan cálida y veraz, y con una vitalidad contagiosa. Otros puntos remarcables son el gran trabajo de maquillaje (sobre todo en los detalles en la creación de las diferentes etapas de Parker), y el cuidado vestuario del protagonista que atraviesa las décadas de 1950, 1960, y 1970.

Elvis es retratado como un joven con ciertas dificultades para vincularse, y las imágenes de su vida en la niñez lo pintan casi de manera mística. Un excelente juego visual y, por supuesto, musical. Cierta idea de un Presley dueño de una sensibilidad profunda, cuyo vínculo con su madre lo marcó fuertemente. Expresar más detalles respecto de una producción increíble y satisfactoria para todos los sentidos sería spoiler. Mi sugerencia es que vean y disfruten la que será considerada, más que seguramente, la película de 2022, y que recibirá premios acordes, como pienso que corresponde.