Elsa y Fred

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

AMORES ARRUGADOS

Otra más sobre amores al final del camino. La semana anterior se estrenó “El último amor”, historia de un viudo cabrón que una tarde, en Paris, encuentra una bailarina que le cambiará la vida. Ahora, “Elsa y Fred” transitan el mismo camino: otro viudo cascarrabias y guarango que, gracias al empeño y calidez de su vecina, logra dejar atrás una vida gris, cerrada y vacía. Hasta aparecen en las dos films una clase de baile. Según el cine, los viejos son todos cascarrabias irredimibles y ellas, en cambio, vitales y llenas de sonrisas. ¿Será así? Entre visitas al hospital y reproches familiares -en los dos casos- la historia de amor sigue adelante como puede. Esta versión hollywoodense del “Elsa y Fred” nacional no le agrega nada. El film de Marcos Carnevale era ñoño y excesivamente edulcorado. Y este apuesta más al humor, pero lo mismo, se los ve hacer tantas payasadas a Elsa y Fred que a veces más que tiernos suenan patéticos. La novedad es que la nueva Elsa sueña con “La dolce vita” y al final Fred la llevará hasta la Fontana de Trevi para que reviva la inmortal escena.